Divina Misericordia

viernes, 5 de marzo de 2010

Una invitación a la cuaresma...

El miércoles de ceniza comienza el tiempo de Cuaresma, un itinerario que tiene una meta muy clara: la conversión a Dios, la vuelta a Él, la toma de conciencia de que en Él encontramos nuestro eje y nuestro centro.

¿Cuáles son las ayudas que la Iglesia nos propone para realizar este camino? Basándose en el Evangelio, nos indica fundamentalmente tres: el ayuno, la oración y la limosna.

El ayuno no es sólo privarse de un poco de alimento, sino prescindir de ciertas cosas que, aunque buenas, no son necesarias, porque el Único Necesario es Dios.

La oración es el trato con Dios, el diálogo sostenido con Él, que puede versar sobre nuestra propia vida, sobre nuestros aciertos y nuestros errores, nuestros deseos y nuestras carencias, tratando de ver cómo Dios habla a través de todo lo que nos acontece.

Y la limosna es la caridad, la apertura a los demás.

En un texto muy bello, que ha citado el Papa en alguna ocasión, San Juan Crisóstomo presenta la Cuaresma como una “puesta a punto espiritual”:

“Del mismo modo que, al final del invierno —escribe—, cuando vuelve la primavera, el navegante arrastra hasta el mar su nave, el soldado limpia sus armas y entrena su caballo para el combate, el agricultor afila la hoz, el peregrino fortalecido se dispone al largo viaje y el atleta se despoja de sus vestiduras y se prepara para la competición; así también nosotros, al inicio de este ayuno, casi al volver una primavera espiritual, limpiamos las armas como los soldados; afilamos la hoz como los agricultores; como los marineros disponemos la nave de nuestro espíritu para afrontar las olas de las pasiones absurdas; como peregrinos reanudamos el viaje hacia el cielo; y como atletas nos preparamos para la competición despojándonos de todo” (Homilías al pueblo de Antioquía , 3)".

Para facilitar – a mí y espero que a los lectores también - esta “puesta a punto” reduciré la frecuencia de los posts, que, en principio, reservaré para los domingos y las solemnidades.
Buena travesía.

Guillermo Juan Morado.

VIA CRUCIS DE LA HUMANIDAD Jesús nos trajo un mensaje de paz y amor, su vida fue ejemplo de ello, con su sufrimiento y muerte nos trajo la salvación y un mensaje de esperanza: En esta época que se acerca recordamos su vía crucis, su camino a la cruz, que en muchos aspecto es semejante al que viven miles de personas en el mundo y que solemos olvidar. En el vía crucis que encontramos en este enlace, encontrado en Reflejos de Luz, podremos rememorar la pasión de Jesús por nuestra salvación a la vez que homenajeamos y rememoramos el vía crucis que padecen muchas personas en el mundo. VIA CRUCIS DEL MUNDO EL SIGNIFICADO DE LA SEMANA SANTA

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