Divina Misericordia

domingo, 5 de noviembre de 2017

Contigo somos una gran familia

El Día de la Iglesia Diocesana, que celebraremos el próximo Domingo, día 12 de noviembre, es una Jornada muy apropiada para conocer nuestra Iglesia diocesana, para sentirla como propia, para amarla como a nuestra madre en la fe y como nuestra propia familia. Sentirla como nuestra propia familia suscitará nuestro compromiso efectivo en su vida y en su misión evangelizadora y en su sostenimiento económico.

Recordemos que nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón no es un territorio, ni un conjunto de servicios pastorales o administrativos, ni lo que a veces de modo distante llamamos ‘el Obispado’. No: nuestra Iglesia diocesana es una gran comunidad, es la gran familia de los creyentes, es la familia de los hijos de Dios en Segorbe-Castellón.

 La formamos todos los cristianos católicos que vivimos en el territorio diocesano, que abarca más de los dos tercios de la provincia de Castellón. Está presidida en nombre de Jesús, el Buen Pastor, por el Obispo como sucesor de los Apóstoles; el Obispo es el principio y fundamento de su unidad y el vínculo de comunión con la Iglesia universal. Nuestra Iglesia anuncia, celebra y realiza el Evangelio de Jesús, la Salvación de Dios, para todos. Está integrada por las comunidades parroquiales y otras comunidades eclesiales, que son como células de un cuerpo: la Iglesia diocesana; todas ellas serán células vivas y evangelizadoras, si están unidas en la comunión y en la misión de la Iglesia diocesana; sólo así serán comunidades eclesiales donde se anuncie, celebre y viva la comunión de Dios en la comunión fraterna.

A todos los diocesanos nos urge conocer nuestra Diócesis. No se puede amar, lo que no se conoce. Hay muchos católicos que desconocen o conocen insuficientemente su Diócesis. No sólo son desconocidas su historia, su fisonomía externa, su organización, sus múltiples tareas y sus actividades evangelizadoras, formativas, litúrgicas y caritativas. También se desconoce su realidad teológica más profunda: es decir, que la Iglesia diocesana es el lugar de la presencia en nuestra tierra de la salvación de Dios para el mundo.

 Además, la Iglesia diocesana es sentida por muchos diocesanos como algo distante; no tienen conciencia de que forman parte de esa Iglesia; ni tampoco la sienten como su propia familia, la familia de los hijos de Dios en Segorbe-Castellón. Hay también signos de falta de amor hacia la Iglesia, en general, y hacia la Iglesia diocesana en particular. Esta desafección se muestra en el alejamiento de la vida de la Iglesia, en la indiferencia ante su vida y misión o en el silencio cómplice ante ataques injustificados. Sin duda, que, como comunidad humana, nuestra Iglesia tiene defectos y pecados; son los de cada uno de quienes la formamos. Son como arrugas que afean el rostro de nuestra Iglesia, como ocurre también con nuestra madre, pero no por eso dejamos de amarla.

A los todos los católicos nos urge descubrir nuestra identidad cristiana y nuestra pertenencia a nuestra Iglesia diocesana, y vivirlas con alegría y fidelidad, en privado y en público, de palabra o por obra. Nuestra Iglesia espera de todos sus hijos que nos comprometamos de verdad en su vida, en su misión y en sus actividades.

Conocer, amar, sentir y vivir nuestra Iglesia diocesana como algo propio no será posible si no existe, antes de nada, una intensa vivencia personal de la propia fe y vocación en una parroquia o en una comunidad concreta, unidas siempre a la Iglesia diocesana. Porque la vivencia personal de la fe ha de estar centrada en Cristo, pero, a la vez, entroncada, alimentada, celebrada y vivida en el seno de la comunidad de los creyentes, en la Iglesia católica y apostólica, participando y colaborando en su vida de comunión, en su misión y en su mantenimiento económico.

Nuestra Iglesia diocesana necesita de medios económicos para cumplir su misión, para ayudar también a las parroquias más pobres. Sin la aportación generosa de todos, nuestra Iglesia no puede atender tantas peticiones que la llegan para seguir ayudando a personas y comunidades, para poder seguir haciendo el bien. Seamos generosos en la colecta de este día. Mil gracias a todos de antemano. 

Casimiro López Llorente

sábado, 18 de marzo de 2017

El obispo de Segorbe-Castellón, presidente de Asuntos Jurídicos de la Conferencia Episcopal

En el tercer día de Asamblea, se ha elegido al obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Monseñor Casimiro López Llorente, como presidente de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos, así como los tres miembros del Consejo de Economía y los presidentes de las tres Subcomisiones Episcopales. Según los estatutos, no hay límite de permanencia para estos cargos.

En la CEE ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis desde 2005 hasta 2008, que fue nombrado Presidente de dicha Comisión. Además, ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar desde 2001 y hasta 2005. Don Casimiro López Llorente formaba parte de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos desde 2002.

cope.es 
foto: elinformalsegorbino

domingo, 12 de marzo de 2017

Falange Española de las JONS pide respeto a los símbolos religiosos


FEJONS única organización castellonense que defiende la Cruz de Ribalta

FEJONS tras hacerse eco de las intenciones de la Asociación por la Memoria Histórica de derribar, cambiar o trasladar la Cruz situada en el Parque Ribalta de Castellón, bajo el epígrafe "a las víctimas de la violencia", quiere transmitir su oposición a tales cambios o movimientos del monumento cristiano, que no tiene más simbología que el utilizado por los cristianos, es decir, representar la muerte y pasión de Cristo en memoria de todos los caídos por la violencia de ambos lados, nacional y republicano, que supuso la fraticida guerra civil española.

FEJONS entiende que la Cruz de este parque no representa simbología franquista alguna y mucho menos se puede considerar “exaltación, personal o colectiva de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la dictadura”, pues se entiende desde la organización falangista, que con el fin de restablecer la reconciliación y concordia, ya se acordó desde la magistratura municipal adaptarla a la memoria de “todas las víctimas de la violencia”, congregando bajo ella a todos los que entregaron sus vidas en el espacio del conflicto armado.

FEJONS entiende que en la actualidad la Cruz a día de hoy está absolutamente despolitizada, sin mantener utilización ideológica alguna, ni símbolo alguno del franquismo en cumplimiento de la actual Ley de Memoria Histórica, por consiguiente la petición de esta asociación sólo tiene una lectura “la despiadada retirada de los símbolos de la religión católica del entorno municipal castellonense”, atentando contra la libertad religiosa.

Falange Española de las JONS apuesta finalmente por establecer puentes de unión entre todos los españoles y sobre todo, tiende la mano a la convivencia en paz, superando la vieja dicotomía de las dos Españas.

 Así pues FEJONS Castellón insta a la Asociación Amigos del Ribalta a que se oponga a la retirada de la citada Cruz y por otro lado reesuelva en beneficio del sentido común respetando a todos nuestros antepasados y así disponga nuestro ayuntamiento en honor a todos los castellonenses.

Prensa y Comunicación FEJONS Castellon