Divina Misericordia

domingo, 20 de octubre de 2013

Acampada de zagales peregrinación a la Cueva Santa

En este año se Conmemora el Centenario de la llegada de Luis Amigó como Obispo de Segorbe (1913-2013) la Familia Amigoniana (compuesta por l@s Hn@s Terciari@as Capuchin@as, Movimiento Laical Amigoniano, Juventud Amigoniana, Zagales) celebra durante este mes de octubre dos fiestas importantes. Con este motivo, se ha convocado una Acampada para los Grupos Zagales en la Casa Pastoral “Luis Amigó” de Altura, los días 18-20 de octubre. Zagales, es un grupo cristiano de niñ@s, que caminan juntos y comparten sus experiencias de Fe, siguiendo las huellas de Luis Amigó. Se esperan unas 200 personas entre niñ@s, jóvenes y monitores pertenecientes a los grupos zagales de Pamplona, Burlada (Pamplona), Madrid, Torrente (Valencia), Masamagrell (Valencia), Meliana (Valencia) y Segorbe. 

El día 19 de Octubre se realizará la peregrinación a la Cueva Santa, uniéndose al 25 Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen (1988-2013), quien es nuestra Madre y modelo para aprender a leer la vida con los ojos de la Fe, como lo hizo Luis Amigó. La salida a pie hacia Cueva Santa dará comienzo a las 9´15 en cuatro grupos distintos, durante el camino se realizaran diversas paradas donde habrán unos personajes que irán contando la historia del P. Luis Amigó. A la llegada de todos los grupos se realizará una Celebración Mariana en el Santuario.

Fuente: Facebook Cueva Santa

lunes, 14 de octubre de 2013

Bochorno en la beatificación de los mártires: El Obispado de Tarragona, cómplice del separatismo, prohibió la exhibición de banderas nacionales

Luis Zapater.- El domingo 13 de octubre tuvo lugar la beatificación de 522 mártires asesinados en la Guerra Civil Española. En la ceremonia, que se celebró en un lugar bastante poco agraciado (junto a las instalaciones del puerto de Tarragona), y sin que la organización se dignara a colocar un simple toldo para proteger del calor a varios cientos de prelados, fui testigo de un hecho vergonzoso por parte de los servicios que cubrían la seguridad del evento. Se informó a los asistentes de que no estaba permitida la exhibición de banderas en el lugar de celebración, pero al comprobar que había gente con banderas de Cuba, de Chile e incluso un parasol que lucía la Union Jack británica, varios miembros de la Confederación Tradicionalista Carlista (CTC), en el momento de la proclamación de la beatificación de los mártires, hicieron ondear varias enseñas nacionales que tenían grabadas el Corazón de Jesús. Exhibieron asimismo dos paraguas con los colores de la bandera nacional sobre su superficie.

La reacción del personal de seguridad fue vergonzosa y humillante: Rápidamente aparecieron en el lugar donde se lucían las banderas para exigir su retirada inmediata. Al informarles de que había otras banderas cuya retirada no se exigía, y de que era un ataque a la libertad de expresión, los vigilantes y voluntarios de la organización dijeron que tenían órdenes y que nadie les tenía que decir qué tenían que hacer, que ellos se ocuparían de todo como creyeran conveniente. Se les recriminó entonces de que sólo atacaban a aquéllos que portaran la enseña nacional, y reiteraron que eran “órdenes del Obispado”. Se amenazó a los portadores de banderas con expulsarlos del lugar, y entonces apareció un supuesto sacerdote con sotana que llevaba un auricular, y que gritando en catalán empleando un tono despótico, empujó a una chica cuyo único “pecado” era que llevaba un paraguas rojo y amarillo (ni siquiera llevaba una bandera dibujada), paraguas que había querido llevarse una vigilante.

Al ser interrogado dicho cura por uno de los asistentes, que le dijo: “¿Padre, en qué Seminario ha estudiado usted?”, al tiempo que le intentaba hacer una fotografía, el presunto “cura” se dio media vuelta y salió corriendo del lugar, lo que revela que probablemente no era más que un infiltrado de los Mossos d’ Escuadra, cuyo comportamiento fue indigno, porque además de este ,identificaron y estuvieron a punto de detener a un joven carlista cuyo único “delito” fue defender a un hombre que portaba en su muñeca la bandera nacional y que había sido agredido por tres separatistas, el cual a su vez tuvo que sufrir la humillación de que un furibundo vigilante de seguridad le recriminara que, por llevar la bandera española en la muñeca, se había producido un incidente no deseable. Dicho vigilante se enzarzó a su vez en una desagradable discusión con el joven carlista, al que gritó: “¡Los mártires no murieron por España!”.

Ante la amenaza por parte de los organizadores y vigilantes de que interviniera la Policía Autonómica Catalana, los militantes de la CTC enrollaron sus enseñas, tras una viva polémica en medio de la Misa, en la que se oyeron los gritos de los partidarios de que las banderas ondearan y las recriminaciones de aquéllos fieles a los que no les importaba esa injusticia, pues lo único que querían era seguir oyendo Misa.

Con este gesto represor de la libertad de expresión el Obispado de Tarragona muestra de qué lado está en el conflicto político separatista. Lógicamente, estoy seguro de que cuando se le pidan explicaciones dirá que la prohibición de exhibición de banderas era para evitar incidentes, y que ciertos elementos “extremistas” y “minoritarios” pretendían alterar el normal funcionamiento de la Misa para hacer política, cuando lo que quedó patente es que el Obispado permitió que cualquier bandera ondeara menos la de todos los españoles. Si lo que se pretendía en verdad era evitar incidentes, lo lógico es que no se hubiera permitido exhibir banderas no constitucionales, (como la famosa “estelada”), dado que no tiene sentido que los que exhiban la bandera nacional sean reprimidos para satisfacer los deseos de los partidarios de quebrar el orden constitucional, en un ejemplo más de este exponente de “mundo al revés” en que se ha convertido España.

Es triste la actitud de la Conferencia Episcopal, que tolera que uno de los Obispos realice esta exhibición de caciquismo. Que no se extrañen si en estos tiempos en los que del ataque contra la Iglesia con atentados terroristas contra templos católicos en varios lugares de España se pasa a un clima de abierta persecución, los fieles no los defiendan, porque por desgracia este no es un hecho aislado contra la conciencia de los fieles al que se pueda responsabilizar a la Conferencia Episcopal.

Afortunadamente, nos queda el consuelo espiritual de la brillante intervención en la ceremonia del prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el Cardenal Ángelo Amato, quien tuvo una acertada intervención, sin los complejos propios de la Conferencia Episcopal Española, pues manifestó que: “En el periodo oscuro de la hostilidad anticatólica de los años 30, vuestra noble nación fue envuelta en la niebla diabólica de una ideología” que anuló a millares de ciudadanos pacíficos, incendiando iglesias y símbolos religiosos, cerrando conventos, escuelas católicas y destruyendo parte del patrimonio”.

El Cardenal subrayó que los mártires no fueron caídos de la Guerra Civil, sino “víctimas de una radical persecución religiosa, que se proponía el exterminio programado de la Iglesia”, y estos mártires no eran provocadores sino personas pacíficas. Tan sólo le faltó decir cuál fue esa perversa ideología (el marxismo-leninismo), pues al paso que vamos con la manipulación histórica tan de moda en nuestros días al final se oirá que en realidad fueron víctimas “del fascismo y del franquismo”.

*Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Politécnica de Valencia y colaborador de AD

Sor Martina Vazquez descansa ya en el martirologio romano tras su beatificación

El Papa pide imitar a los 522 mártires españoles beatificados

-La Iglesia beatifica a 522 religiosos asesinados en la Guerra Civil
-El Gobierno incluirá a los mártires en el registro de la Memoria Histórica
-La izquierda- autora de la ley de memoria histórica- ahora pide olvidar.
Sor Martina Vázquez

La Iglesia católica ha beatificado hoy, en un multitudinario acto en Tarragona, a 522 religiosos asesinados en la Guerra Civil, en una ceremonia en la que el Papa Francisco ha animado, con un mensaje grabado, a salir de egoísmos y perezas y buscar la hermandad siendo cristianos "con obras y no de palabra".

Con la asistencia de más de 20.000 personas, entre ellas 105 obispos, 1.386 sacerdotes, 2.720 religiosos y casi 4.000 familiares de los mártires, el prefecto de la Congregación por las Causas de los Santos, el cardenal Ángelo Amato, ha presidido la solemne eucaristía de beatificación, la más masiva en la historia de la Iglesia en España y en la que se han prohibido banderas y pancartas.

Amato ha recordado que la beatificación de los religiosos "no busca culpables", ha incidido en que el perdón es "la esencia del cristianismo" y ha dicho que nada justifica una "guerra fratricida ni la muerte del prójimo".
 
En una breve alocución grabada de tres minutos, el papa Francisco se ha sumado a la celebración con un mensaje en el que ha pedido imitar a los mártires porque "siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de nuestro egoísmo, de nuestro bienestar, de nuestras perezas".

El Papa también ha animado a "ser cristianos con obras y no de palabra, para no ser cristianos mediocres, cristianos barnizados de cristianismo pero sin sustancia; ellos no eran barnizados, fueron cristianos hasta el final".

El pontífice , ha concluido su mensaje haciendo un llamamiento ser "artífices de hermandad y solidaridad".



Su enviado especial, el cardenal Amato ha dicho en su homilía que "España es una tierra bendecida por la sangre de los mártires".

Amato ha subrayado que los 522 beatificados hoy no son víctimas de la Guerra Civil, sino de "una radical persecución religiosa, que se proponía el exterminio programado de la Iglesia" y ha tachado los años 30 de "periodo oscuro de la hostilidad anticatólica".

"Vuestra noble nación fue envuelta en la niebla diabólica de una ideología, que anuló a millares y millares de ciudadanos pacíficos, incendiando iglesias y símbolos religiosos, cerrando conventos y escuelas católicas, destruyendo parte de vuestro precioso patrimonio artístico", ha criticado el cardenal.

 "La Iglesia no quiere olvidar a estos sus hijos valientes" y "los honra con culto público" porque "la Iglesia, casa del perdón, no busca culpables", ha remarcado el prefecto, que ha recordado que fue en Tarragona donde fueron quemados vivos los primeros mártires hispanos en el año 259 después de Cristo, el obispo Fructuoso y sus diáconos, Augurio y Eulogio.

Con el acto de hoy ya son 1.523 los mártires beatificados del siglo XX en España, de los que once ya han sido canonizados.
 
La edad media de los mártires beatificados hoy es de 43,59 años y 131 de ellos tenían 30 años o menos en el momento de ser asesinados.

El más joven tenía 18 años, el carmelita José Sánchez Rodríguez, y la más anciana, con 86 años, era la monja Aurora López González.

Entre los beatificados hay sacerdotes diocesanos y monjes de casi todas las congregaciones, entre ellos una veintena de monjes benedictinos de Montserrat, cuya Escolanía ha amenizado la eucaristía con canciones religiosas.

Del total de mártires beatificados hoy, 515 son españoles y 7 extranjeros (3 franceses, 1 cubano, 1 colombiano, 1 filipino y 1 portugués) y, por condición eclesial, 88 eran sacerdotes diocesanos (3 obispos, 82 sacerdotes y 3 seminaristas); 15 eran Hermanos Sacerdotes Operarios Diocesanos; 412 eran religiosos consagrados de diferentes órdenes; y 7 eran laicos.

Las 33 causas beatificadas son por mártires de las diócesis de Ávila, Barbastro, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Ciudad Real, Cuenca, Córdoba, Jaén, Lérida, Madrid, Sigüenza-Guadalajara, Menorca, Tarragona, Tortosa y Valencia, aunque casi la mitad de ellos fallecieron en Cataluña.

Entre las autoridades que han asistido al acto figuran, entre otros, el presidente de la Generalitat, Artur Mas; los ministros de Interior, Jorge Fernández Díaz, y de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, el presidente del Congreso, Jesús Posada, y la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna.

Más de 400 periodistas de 90

medios de comunicación han cubierto el acto, que ha congregado a más de 20.000 personas llegadas de toda España en un recinto presidido por un gigantesco altar, dos grandes pantallas, una urna con las reliquias de los primeros mártires hispanos y la imagen de la "moreneta", la Virgen de Montserrat, patrona de Cataluña.

Fuente: EFE

domingo, 6 de octubre de 2013

Casimiro López:"Testigos de la fe y del perdón"

El próximo Domingo, día 13 de octubre, serán beatificados en Tarragona 522 mártires, que entregaron su vida por amor a Jesucristo en España durante la persecución religiosa de los años treinta del pasado siglo XX. Tres de ellos habían nacido en el territorio actual de nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón: Enrique Andrés Monfort, hermano Marista (H. Benedicto), era natural de Villafranca del Cid; Mosén José Mª Piquer Arnau, era natural de Onda, y Mosén José Manuel Claramonte Agut, de Almazora; ambos eran sacerdotes de la Hermandad de los Operarios diocesanos. A ellos se une Sor Martina Vázquez, natural de Cuellar (Segovia) e Hija de la Caridad, que estaba al frente de la Comunidad que atendía el Hospital de Segorbe. Es, pues, una celebración que nos toca muy de cerca; un día para la acción de gracias a Dios por estos hermanos nuestros que derramaron su sangre por su condición de creyentes cristianos.


 Con su beatificación, la Iglesia declara solemnemente que todos ellos murieron como testigos heroicos del Evangelio. Después de un largo y minucioso estudio e investigación, caso por caso, consta que todos entregaron su vida cruentamente por ser cristianos católicos. Esa fue la única razón por la que murieron. No son caídos de la guerra, sino mártires de Cristo. No son fruto de una contienda en la que caen de uno y otro bando, sino testigos de la fe en Jesucristo hasta la muerte. No cabe duda que murieron víctimas de una persecución religiosa contra la fe e Iglesia católica. Nuestros mártires no murieron en el frente, ni por su militancia política; fueron buscados y asesinados por ser cristianos católicos. Eran obispos, sacerdotes, frailes o monjas o seglares creyentes, de todas las edades y clases sociales. Se les pidió renunciar a su fe, y ellos se mantuvieron firmes en esa fe y en su amor a Cristo.

Este mismo amor a Cristo les llevó a responder al odio con el amor y el perdón. Ellos murieron perdonando y amando a sus verdugos. Así nos dejaron el hermoso e impagable testimonio del perdón como el único camino para la reconciliación y la construcción de un futuro común donde todos tienen su sitio. El camino de la construcción de una sociedad verdaderamente humana no son ni el odio ni el deseo de destrucción del diferente, sino sólo el amor, que implica respeto, perdón y reconciliación. Nuestros mártires no ofendieron a nadie, no impusieron a nadie sus creencias, querían vivir en libertad la fe cristiana. Su trabajo, como el de Jesucristo, fue pasar haciendo el bien, pero el odio contra la religión no los soportaba. Llenos de fe y de amor al Señor, su Dios, confortados por el rezo del santo rosario, alimentados, cuando era posible, con la eucaristía, cantando salmos, gritando vítores a Cristo, en ellos triunfó el amor y el perdón.
 
En este Año de la fe, los mártires del siglo XX son para nosotros modelos de fidelidad en la fe y vida cristiana en tiempos realmente convulsos: su legado es su testimonio personal de fe firme hasta la muerte y su testimonio de perdón y reconciliación. Son vidas truncadas de hombres y mujeres que merecen ser recordadas en tiempos de debilitamiento de la fe y de alejamiento de Dios y de su Iglesia, y en unos tiempos de crisis y crispación social. Demos gracias a Dios por el testimonio de estos mártires. Ellos son un signo de esperanza para todos. Que su ejemplo nos ayude a vivir nuestra fe con fidelidad en nuestros días.

Con mi afecto y bendición, 
Casimiro López Llorente 
Obispo de Segorbe-Castellón

sábado, 5 de octubre de 2013

5.10.13 España: la bomba en el Pilar es el cuarto ataque explosivo contra la Iglesia Católica en menos de un año

GRUPOS ANARQUISTAS Y ANTISISTEMA RADICALES DE EXTREMA IZQUIERDA

El artefacto colocado este miércoles en la Basílica del Pilar que ha explotado causando heridas leves en un tímpano a una persona además de diversos daños materiales es el cuarto ataque explosivo registrado en menos de un año contra instituciones religiosas, según los datos recogidos por Europa Press.

(EP/InfoCatólica) Este mediodía fue colocado un artefacto explosivo en la Basílica del Pilar, en Zaragoza. Es el cuarto ataque en el año de este tipo. Los dos primeros tuvieron lugar a finales de diciembre de 2012 cuando un grupo antisistema remitió dos consoladores explosivos al Arzobispo de Pamplona y al director de un colegio de los Legionarios de Cristo en Madrid. Este ataque fue reivindicado a través de Internet por medio de un comunicado que iba firmado por el siguiente grupo: «Club de Artesanos del Café para sus Nuevos Usos (ocasionalmente espectacular) - FAI/FRI. Grupo Anticlerial para el Fomento del Uso del Juguete Sexual - FAI/FRI».
Bajo esta peculiar denominación, este grupo incluía estas reivindicaciones en un texto en el que animaban a atentar contra una sucursal bancaria. «No es necesaria mucha retórica para explicar los motivos para atacar una sucursal bancaria. Que cada cual ponga los suyos», decía el comunicado recogido por Europa Press, que iba acompañado de un gráfico sobre cómo fabricar un artefacto explosivo con una cafetera, pólvora negra, tornillos (a modo de metralla) y tres bombonas de gas desechables unidas con cinta agresiva. «Determinación», zanjaba este escrito.
Según el comunicado, los paquetes fueron enviados al arzobispo y al director del colegio el 20 de diciembre de 2012. «Este último causó heridas leves a una funcionaria de correos que lo estaba manipulando. Acepte disculpas por las molestias. La próxima vez no fallaremos. Nos estamos acercando», señalaba este comunicado.

Catedral de La Almudena

El siguiente ataque tuvo lugar el 7 de febrero en la Catedral de la Almudena de Madrid donde Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) de la Policía Nacional desactivaron un artefacto explosivo colocado junto a uno de los confesionarios del templo. Constaba de 200 gramos de pólvora, un recipiente metálico con un kilo de clavos, un detonador y un temporizador que consistía en un reloj despertador.

Las fuentes policiales consultadas por Europa Press admiten la dificultad que desde entonces tienen para identificar a los autores de aquella acción que al menos en Internet fue reivindicada por otro grupo hasta entonces desconocido: 'Comando Insurreccionalista Mateo Morral', llamado así en recuerdo del anarquista responsable del atentado contra el Rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia el día de su boda, en el que fallecieron varias decenas de personas.

«Demostramos que vuestras guaridas santificadas son vulnerables. Los cimientos de vuestro poder han temblado por los kilos de nuestra pólvora sacrílega que busca romper con vuestra paz cívica basada en muertos y personas encerradas por años en el talego. Esto es la venganza. Superamos la barrera del miedo», comenzaba diciendo el comunicado difundido por Internet recogido por Europa Press al que la Policía Nacional ha dado validez. Según decían, el objetivo de su acción en la catedral es «dar caña a la monarquía borbónica en sus lugares sagrados».

Grupos anarquistas y radicales

La Policía lleva desde hace tiempo un control sobre diversos grupos anarquistas y antisistema radicales dispuestos a aprovechar la crisis para actuar con actos violentos. Según han detectado los expertos en Información de la Policía, este tipo de movimientos extremistas buscan organizarse mediante la realización de las llamadas acciones directas y la localización de nuevos objetivos.

Según estos trabajos policiales a los que ha tenido acceso Europa Press, los agentes son conscientes de que por el momento no se han producido actos de envergadura, pero se trabaja sobre la posibilidad de que puedan darse casos en el futuro. En ese sentido, tienen un control de las acciones de baja intensidad registradas hasta ahora.

Fuente: Infocatolica

jueves, 3 de octubre de 2013

La izquierda radical le pone una bomba-cámpig gas a la Patrona de la Hispanidad en Zaragoza


Estado de la Basílica tras la deflagración
El artefacto que ha explotado hoy en la #Basílica del Pilar de Zaragoza era una bombona de cámping gas, según han informado a Efe fuentes policiales, que atribuyen la acción a algún grupúsculo de extrema izquierda. .

 En el momento de la explosión la basílica se encontraba abierta al público, aunque no se han producido heridos.

No es la primera vez que un artefacto hace explosión en un templo religioso en los últimos meses.

El pasado 7 de febrero, la Policía desactivó en la catedral de La Almudena, en Madrid, una bomba compuesta por un detonador y 1.200 gramos de explosivo cuya colocación fue asumida por un grupo anarquista autodenominado Comando Insurreccionalista Mateo Morral.

El portavoz de IU en el Ayuntamiento de Zaragoza, José Manuel Alonso, ha visto a dos chicos salir corriendo de la basílica del Pilar nada más escucharse una explosión en el interior del templo, mientras que el resto de ciudadanos lo hacía de forma tranquila.

Alonso ha explicado a Efe que pasaba a escasos metros de la Basílica en torno a las 13.45 horas cuando ha escuchado una explosión "bastante considerable" e inmediatamente ha visto salir a los dos chicos "como alma que lleva el diablo" y segundos después al resto de visitantes de forma "tranquila y sin pánico", lo que le ha resultado "raro".

 En el interior del templo, donde al parecer se encontraban de visita alumnos de un colegio de la ciudad, el concejal ha observado una gran humareda en la zona del órgano.

Alonso ha indicado que un vigilante de seguridad de la basílica le ha comentado que podía tratarse de un artefacto pirotécnico

Fuente: cope.es