
El documento que sale a la luz apunta a que "Dios es caridad" y que todo proviene de la caridad. Sin embargo, la caridad deriva hacia un sentimiento que la deja al margen de los contenidos y de las relaciones sociales; de este modo, la acción social queda a merced de intereses privados y de lógicas de poder, con efectos destructivos para la sociedad y el hombre actual.
El texto plantea que la Iglesia no ofrece soluciones técnicas y no busca interferir en la política de los Estados; sin embargo, tiene la misión de anunciar la verdad, también en la esfera social.
Causas de la crisis
La crisis económica actual tiene diversos niveles de responsabilidad; desde los que gobiernan los asuntos públicos y los que gestionan las instituciones financieras, hasta los que tienen la función de controlarlas. La corrupción y la ilegalidad se presentan lamentablemente tanto en el comportamiento de los agentes económicos y políticos de los países ricos, como en el de los países pobres.
El atropello de los derechos a los trabajadores se ha llevado a cabo tanto por algunas empresas transnacionales como por diversos grupos de producción en los países pobres o emergentes. Las ayudas internacionales no han logrado sus metas, por las irresponsabilidades radicadas en la cadena de los donantes o de los usuarios.
En su carta pastoral, el Papa observa que el hombre actual vive en un consumismo excesivo radicado en el endeudamiento, que se opone a una oportuna moderación y que ha contribuido a debilitar la familia, aumentando sus riesgos e inquietudes.
Este modelo ha contribuido a debilitar el espíritu empresarial, ofreciendo primero falsas perspectivas de crecimiento y provocando después la necesidad de reducir la producción con el riesgo del desempleo. También ayudó a crear valores de mercado, ligados a un crecimiento ilusorio que luego se derrumbó, consumiendo riqueza y ahorro.
La globalización ha generado cambios importantes en el ámbito financiero, industrial, sindical, político y cultural con consecuencias muy positivas, pero también con peligros notables, si no se gestiona de una manera humanista.
La caridad y la verdad proponen un empeño nuevo y creativo, aunque ciertamente amplio y complejo: se trata de dilatar la razón y hacerla capaz de conocer y orientar esta nueva dinámica en la perspectiva de la "civilización del amor". El hombre es, en efecto, el autor, el centro y el fin de toda la vida socioeconómica.
La caridad no excluye el saber, más aún lo requiere, lo promueve y lo anima desde dentro. Esto significa que la evaluación moral y la investigación científica deben crecer juntos y que la caridad debe animarlas en un todo armónico.
Elemento innovador
Un elemento bastante innovador del documento es la importancia que concede a la relacionalidad. La soledad es una de las más profundas pobrezas que el hombre puede experimentar; incluso otros tipos de pobreza, incluyendo las materiales, nacen del aislamiento, de la falta de amor o de la dificultad de amar.
La pobreza a menudo procede de rechazar el amor a Dios y de un trágico aislamiento de la persona, pensando que se basta a sí mima o que es un episodio insignificante y un pasajero en el universo.
El tema del desarrollo coincide, por lo tanto, con el de la inclusión relacional de todas las personas y todos los pueblos en una única familia humana, que se construye con una solidaridad basada en los valores fundamentales de la justicia y la paz. Siendo Dios el único fundamento seguro de esa fraternidad.
Fuente: Alerta Digital
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