

Es conocida la gran extensión del mundo digital en el ámbito de la comunicación. Este medio también ha sido incorporado en la vida de la Iglesia y de las parroquias. A pesar de los peligros que alberga, este mundo ofrece a la Iglesia y al sacerdote nuevas posibilidades de realizar su servicio a la palabra y de la palabra; su uso es cada vez más importante y útil en el ministerio sacerdotal. Ahora bien: no se trata solamente de estar presentes en internet, sino, ante todo, de participar en este mundo siendo fieles al mensaje del Evangelio y aprovechando sus ocasiones inéditas para la evangelización y la catequesis. El sacerdote podrá ayudar a las personas de hoy a descubrir el rostro de Cristo. Al uso oportuno y competente de tales medios se debe unir una sólida preparación teológica y una honda espiritualidad sacerdotal, alimentada por un constante diálogo con el Señor, para que en todo momento se transparente su alma y su corazón de pastor.
La solicitud amorosa de Dios en Cristo por nosotros no pertenece al pasado, sino una realidad muy concreta y actual. Y esta realidad debe mostrarse por todos los medios a las personas de nuestro tiempo y a la humanidad desorientada de hoy. A quien usa como sacerdote estos medios, le corresponde ofrecer a quienes viven éste nuestro tiempo digital, los signos necesarios para reconocer al Señor y de acercarse a la palabra de Dios que salva y favorece el desarrollo humano integral.
Las nuevas tecnologías constituyen una gran oportunidad para los creyentes y, en especial, para los sacerdotes. Ningún camino debe estar cerrado a quien es enviado a ser testigo de Cristo y de la vida renovada que surge de la escucha de su Evangelio. No hay que olvidar, que la fecundidad del ministerio sacerdotal deriva sobre todo del mismo Cristo, que es escuchado y encontrado en la oración, anunciado con la predicación y el testimonio de la vida, y celebrado en los sacramentos. H
La palabra en el mundo digital ( El Periódico Mediterráneo - 16/05/2010 )
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