En concordancia con los objetivos prioritarios de la Diócesis de Segorbe-Castellón en este curso, los sacerdotes han participado esta mañana en una jornada de formación sobre el tema de la caridad y la evangelización. El ponente ha sido el subdelegado nacional de Manos Unidas, el presbítero de Madrid Jesús Vidal Chamorro, quien ha insistido en que la base de una acción organizada está en la caridad manifestada en la vida cotidiana y el contacto con la gente que acude al sacerdote.
En relación con la acción organizada de la caridad en la Iglesia, que afecta a entidades como Caritas o Manos Unidas, Vidal ha insistido en que se trata de una tarea que pertenece a la naturaleza misma de la Iglesia y que por tanto no la puede dejar en manos de otras ONG o servicios sociales. De ahí una de las particularidades de las entidades solidarias católicas: el convencimiento de que “las estructuras y la ordenación de los medios no es la solución definitiva a las dificultades, y por tanto la caridad siempre será necesaria”.
Vidal aseguraba que “es esencial transmitir el evangelio en lo que es”, y esto conlleva “una implicación por nuestra parte que muestre cómo somos capaces de amar”. En concreto, se trata de que la gente con la que los sacerdotes se relaciones sientan que tienen un valor por ellas mismas, y que no son un medio de éxito pastoral o de llenar una parroquia: “Cualquiera es capaz de percibir cuando es amado de verdad, cuando se busca su verdadero bien”. Para ello, el primer paso es aprender a escuchar la necesidad del otro, completaba el ponente.
En el debate entre el anuncio explícito de Jesucristo y la atención a los necesitados, el viceconsiliario nacional de Manos Unidas ha reconocido que “la acción de las organizaciones eclesiales es en si misma evangelizadora, en particular por la eficacia que socialmente se le reconoce”. Al mismo tiempo, advertía que el modo adecuado para que la caridad sea testimonio efectivo del amor de Jesucristo se precisa una “formación del corazón”, para que “las acciones de los trabajadores de la caridad sea una derivación de su fe”.
En relación con la acción organizada de la caridad en la Iglesia, que afecta a entidades como Caritas o Manos Unidas, Vidal ha insistido en que se trata de una tarea que pertenece a la naturaleza misma de la Iglesia y que por tanto no la puede dejar en manos de otras ONG o servicios sociales. De ahí una de las particularidades de las entidades solidarias católicas: el convencimiento de que “las estructuras y la ordenación de los medios no es la solución definitiva a las dificultades, y por tanto la caridad siempre será necesaria”.
Vidal aseguraba que “es esencial transmitir el evangelio en lo que es”, y esto conlleva “una implicación por nuestra parte que muestre cómo somos capaces de amar”. En concreto, se trata de que la gente con la que los sacerdotes se relaciones sientan que tienen un valor por ellas mismas, y que no son un medio de éxito pastoral o de llenar una parroquia: “Cualquiera es capaz de percibir cuando es amado de verdad, cuando se busca su verdadero bien”. Para ello, el primer paso es aprender a escuchar la necesidad del otro, completaba el ponente.
En el debate entre el anuncio explícito de Jesucristo y la atención a los necesitados, el viceconsiliario nacional de Manos Unidas ha reconocido que “la acción de las organizaciones eclesiales es en si misma evangelizadora, en particular por la eficacia que socialmente se le reconoce”. Al mismo tiempo, advertía que el modo adecuado para que la caridad sea testimonio efectivo del amor de Jesucristo se precisa una “formación del corazón”, para que “las acciones de los trabajadores de la caridad sea una derivación de su fe”.
Fuente: Revista Ecclesia Digital
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