Divina Misericordia

martes, 1 de marzo de 2011

Los obispos estudiarán un documento preparado por monseñor López Llorente sobre la colaboración entre familia, escuela y parroquia

La 97 Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, inaugurada esta mañana, estudiará un documento elaborado por la comisión de enseñanza y catequesis, que preside el obispo de Segorbe-Castellón, mons. Casimiro López Llorente, sobre la colaboración entre familia, escuela y parroquia en la educación de niños y jóvenes. En su discurso inaugurar, el presidente de la CEE y arzobispo de Madrid, mons. Antonio Mª Rouco Varela, afirmaba que “es cada vez más claro que el futuro de las nuevas generaciones depende decisivamente de las familias cristianas”.

“Al mismo tiempo –completaba- la experiencia pone también de manifiesto que la misión de la escuela resulta seriamente entorpecida y aun imposibilitada cuando no cuenta con la colaboración de los padres y de una vida familiar acorde con la ley natural y divina. El Estado no puede sustituir, ni siquiera suplir, el papel propio de esas dos instituciones básicas para el desarrollo de la persona. Por su parte, la parroquia, como célula básica de la vida eclesial, en la que el hombre natural se hace cristiano, manteniéndose dentro de su misión específica, ha de ser capaz, sin embargo, de actuar a modo de catalizador de la vida cristiana de la familia y de la escuela”.

Educar en el amor humano

Según el arzobispo de Madrid, este tema está íntimamente relacionado con la comprensión del amor: “La clave cultural, intelectual y moral para una realización verdadera de lo que son la familia, la escuela y la parroquia se halla, sin duda, en el acierto con el que sea percibida, comprendida y vivida la verdad del amor humano”. En este sentido, mons. Rouco Varela lamentaba que “la reducción emotivista e individualista del amor, dominante en la cultura pública actual, ha conducido a una situación crítica que dificulta mucho la educación para el amor y para el matrimonio y que caracteriza nuestro vigente derecho matrimonial”, y aseguraba que “el desconocimiento de la verdad del amor está causando mucho sufrimiento y rompiendo muchas vidas”.

Por ello, afirmaba que “la Iglesia, nuestras familias, escuelas y parroquias, con el aliento muy especial de los Pastores, ha de ayudar a los jóvenes a evitar la ignorancia de una verdad tan decisiva para sus vidas y a paliar la influencia negativa de un ambiente marcado por tantas fuerzas y corrientes desorientadoras. La reflexión que haremos en esta Asamblea tiene esta hermosa finalidad”.

La JMJ, prioridad eclesial

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de agosto próximo, será por su parte uno de los ejes fundamentales de la reflexión de los obispos españoles. Mons. Rouco Varela ha constatado un cambio generacional entre los jóvenes que comenzaron las primeras Jornadas Mundiales hace 25 con Juan Pablo II y los actuales: “Los jóvenes del 2011 han tenido ya tiempo de experimentar el alcance real de las posteriores utopías de la libertad del cambio de milenio, y están a la búsqueda de una libertad verdadera, sólida, que permita construir la casa de la vida”. Al mismo tiempo, se ha producido la irrupción de nuevos modos de comunicación a través de Internet y las redes sociales.

Ante este paisaje, el presidente de la CEE asegura que sigue siendo prioritario un anuncio de la persona de Jesucristo: “uno de los empeños misioneros más importantes de la Iglesia de comienzos del siglo XXI ha de ser una porfiada evangelización de los jóvenes que les posibilite y facilite vivir enraizados y edificados en Cristo, con una inquebrantable firmeza de fe.” En el programa de la Asamblea de la CEE también está la renovación de cargos y el estudio de un documento sobre la misión.


Fuente: revistaecclesia.com

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