Los padres de la provincia de Castellón consideran que los valores de la fe cristiana son los mejores para transmitir a sus hijos en las primeras etapas educativas, que son las más decisivas. Así se desprende de la elección mayoritaria de la asignatura de religión en los cursos de infantil, primaria y secundaria, tanto en los centros públicos como concertados y privados.
Carmen Muñoz, coordinadora de la titulación de magisterio en Castellón de la universidad CEU-Cardenal Herrera, explica que “por su carácter evolutivo, los niños en estas edades son muy receptivos a la educación en valores, a parte de la metodología didáctica que se aplique”. También, aunque todas las asignaturas deban trabajar de modo interdisciplinar, subraya la importancia de la clase de religión en la formación humanística y de valores de los alumnos.
En relación con los cuatro pilares de la educación (aprender a conocer, a hacer, a ser y a convivir), la directora del centro de magisterio del CEU-Cardenal Herrera en Castellón asegura que “la religión fomenta en el alumno el desarrollo de las competencias para vivir en sociedad de una manera más humana”.
La religión, opción preferencial
Según las estadísticas correspondientes al obispado de Segorbe-Castellón, difundidas por la Delegación Diocesana de Enseñanza, el 63,18% de los alumnos de todos los ciclos cursan la asignatura de religión, frente al 21,39% que no optan por ella y el 15,41% que pertenecen a otras religiones.
En la educación infantil, el 64,36% cursan religión católica. En primaria (de 6 a 12 años), el 71,29%, y en secundaria el 52,8%. Sólo en los dos cursos de Bachillerato, ya al final de la educación obligatoria y cuando los padres permiten a los hijos hacer sus propias opciones, el porcentaje se sitúa ligeramente por debajo del 50% (el 44,59%). Por centros, en los de titularidad canónica el porcentaje que opta por la asignatura de religión es prácticamente la totalidad (98,85%), y en lo privados y públicos más de la mitad (el 64,52 y 55,80%, respectivamente).
Carmen Muñoz, coordinadora de la titulación de magisterio en Castellón de la universidad CEU-Cardenal Herrera, explica que “por su carácter evolutivo, los niños en estas edades son muy receptivos a la educación en valores, a parte de la metodología didáctica que se aplique”. También, aunque todas las asignaturas deban trabajar de modo interdisciplinar, subraya la importancia de la clase de religión en la formación humanística y de valores de los alumnos.
En relación con los cuatro pilares de la educación (aprender a conocer, a hacer, a ser y a convivir), la directora del centro de magisterio del CEU-Cardenal Herrera en Castellón asegura que “la religión fomenta en el alumno el desarrollo de las competencias para vivir en sociedad de una manera más humana”.
La religión, opción preferencial
Según las estadísticas correspondientes al obispado de Segorbe-Castellón, difundidas por la Delegación Diocesana de Enseñanza, el 63,18% de los alumnos de todos los ciclos cursan la asignatura de religión, frente al 21,39% que no optan por ella y el 15,41% que pertenecen a otras religiones.
En la educación infantil, el 64,36% cursan religión católica. En primaria (de 6 a 12 años), el 71,29%, y en secundaria el 52,8%. Sólo en los dos cursos de Bachillerato, ya al final de la educación obligatoria y cuando los padres permiten a los hijos hacer sus propias opciones, el porcentaje se sitúa ligeramente por debajo del 50% (el 44,59%). Por centros, en los de titularidad canónica el porcentaje que opta por la asignatura de religión es prácticamente la totalidad (98,85%), y en lo privados y públicos más de la mitad (el 64,52 y 55,80%, respectivamente).
Fuente: revistaecclesia.com
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