Según cuentan Europa Press y la Cadena Ser, la Generalitat de Valencia y la Universidad de Elche, tendrán que pagar a los padres de un niño con síndrome down, 75.000 euros de indemnización y 1.500 de pensión vitalicia por haberse equivocado en una amniocentesis que daba al principio un bebé sano, porque los que hicieron el análisis se equivocaron de tubo.
La historia es entre macabra y subrealista, y sin embargo perfectamente legal. Si la ley dice que unos padres tienen derecho a "deshacerse" de su hijo si no es perfecto y el fallo de un laboratorio les priva de esa "libertad de elegir" tienen derecho a ser "compensados" por ello.
Lo macabro de la historia es que la misma existencia en el mundo de un niño enfermo obligue a los poderes públicos a compensar a los padres por no haberles dado la oportunidad "a tiempo" de deshacerse de él (en realidad a quitarle la vida y tirar su cuerpo por un desagüe, aunque se use el eufemismo I.V.E.).
El niño enfermo no tiene derecho por sí mismo a existir, sino que está condicionado por el "derecho a decidir" sobre él de sus padres. Si los padres quieren que viva, este niño con alguna enfermedad tendrá una vida completa y seguramente feliz. Si los padres deciden que debe desaparecer por padecer una enfermedad, no tendrá derecho a una vida ni completa, ni feliz. Y si alguien impide que estos padres se libren de un niño que padece alguna enfermedad deberán ser indemnizados por ello. Los padres pedían casi 700.000 euros de compensación por no haber podido "elegir" un hijo completamente sano. Terrorífico. Los padres tienen el derecho de elegir un hijo completamente sano, los hijos enfermos no tienen derechos.
Se parece a cuando se tenía que indemnizar a los traficantes o propietarios de esclavos cuando por algún motivo alguien "estropeaba" la mercancía. Seguramente en los países donde era legal la esclavitud existía una legislación que regulaba qué tipo de indemnización debían recibir los propietarios si el traficante les vendía un "producto" que la cabo del tiempo presentaba alguna enfermedad que no se apreciaba en el momento del "trato" comercial.
Estamos hablando de seres humanos, los niños enfermos al igual que los africanos en siglo XIX tienen derecho a que se respete su dignidad humana "por sí mismos", independientemente del valor que les concedan los demás, ya sean unos padres desaprensivos apoyados por una ley inhumana, o unos comerciantes de esclavos. Una vida humana no puede ser tratada como una mercancía.
Aunque la resolución del Tribunal Supremo responde a lo que dicta la ley, las autoridades deberían plantearse si estos padres que consideran "defectuoso" a su hijo y han reclamado una indemnización por no haber podido "descambiarlo" a tiempo, son los mejores padres posibles para tener la custodia de un niño con síndrome down. ¿O no es posible que le traten como un "castigo" que tienen que padecer el resto de su vida por una negligencia? Si por el contrario al niño le acogen con el cariño normal que cualquier padre (no desnaturalizado) tiene por un hijo aunque esté enfermo o tenga alguna tara, ¿porqué les tiene que compensar la administración?. Pero se nos olvidaba que los padres tienen derechos y los niños enfermos no, y éstos pueden ser tratados como objetos.
También se conocen muchos casos de pruebas de amniocentesis que han dado el resultado de niños enfermos y luego han nacido niños sanos ó con menos taras de las pronosticadas. Y si esto se da con frecuencia ¿cuantos niños sanos no habrán muerto por una prueba mal hecha? ¿quién debería indemnizar esto?.... ¿Cómo se puede jugar así con la vida humana? Luego nuestra legislación pretende perseguir los "genocidios" ocurridos en todo el mundo, ¿y este genocidio que tenemos aquí dentro y es con diferencia el mayor de todos?
Y el caso es que esta situación subrealista de tener que indemnizar a unos padres por un hijo defectuoso se ha hecho aplicando "estrictamente" la ley anterior, la que apoyan todos los partidos políticos parlamentarios y algunos políticos de centro-derecha dicen que es "la equilibrada".
La historia es entre macabra y subrealista, y sin embargo perfectamente legal. Si la ley dice que unos padres tienen derecho a "deshacerse" de su hijo si no es perfecto y el fallo de un laboratorio les priva de esa "libertad de elegir" tienen derecho a ser "compensados" por ello.
Lo macabro de la historia es que la misma existencia en el mundo de un niño enfermo obligue a los poderes públicos a compensar a los padres por no haberles dado la oportunidad "a tiempo" de deshacerse de él (en realidad a quitarle la vida y tirar su cuerpo por un desagüe, aunque se use el eufemismo I.V.E.).
El niño enfermo no tiene derecho por sí mismo a existir, sino que está condicionado por el "derecho a decidir" sobre él de sus padres. Si los padres quieren que viva, este niño con alguna enfermedad tendrá una vida completa y seguramente feliz. Si los padres deciden que debe desaparecer por padecer una enfermedad, no tendrá derecho a una vida ni completa, ni feliz. Y si alguien impide que estos padres se libren de un niño que padece alguna enfermedad deberán ser indemnizados por ello. Los padres pedían casi 700.000 euros de compensación por no haber podido "elegir" un hijo completamente sano. Terrorífico. Los padres tienen el derecho de elegir un hijo completamente sano, los hijos enfermos no tienen derechos.
Se parece a cuando se tenía que indemnizar a los traficantes o propietarios de esclavos cuando por algún motivo alguien "estropeaba" la mercancía. Seguramente en los países donde era legal la esclavitud existía una legislación que regulaba qué tipo de indemnización debían recibir los propietarios si el traficante les vendía un "producto" que la cabo del tiempo presentaba alguna enfermedad que no se apreciaba en el momento del "trato" comercial.
Estamos hablando de seres humanos, los niños enfermos al igual que los africanos en siglo XIX tienen derecho a que se respete su dignidad humana "por sí mismos", independientemente del valor que les concedan los demás, ya sean unos padres desaprensivos apoyados por una ley inhumana, o unos comerciantes de esclavos. Una vida humana no puede ser tratada como una mercancía.
Aunque la resolución del Tribunal Supremo responde a lo que dicta la ley, las autoridades deberían plantearse si estos padres que consideran "defectuoso" a su hijo y han reclamado una indemnización por no haber podido "descambiarlo" a tiempo, son los mejores padres posibles para tener la custodia de un niño con síndrome down. ¿O no es posible que le traten como un "castigo" que tienen que padecer el resto de su vida por una negligencia? Si por el contrario al niño le acogen con el cariño normal que cualquier padre (no desnaturalizado) tiene por un hijo aunque esté enfermo o tenga alguna tara, ¿porqué les tiene que compensar la administración?. Pero se nos olvidaba que los padres tienen derechos y los niños enfermos no, y éstos pueden ser tratados como objetos.
También se conocen muchos casos de pruebas de amniocentesis que han dado el resultado de niños enfermos y luego han nacido niños sanos ó con menos taras de las pronosticadas. Y si esto se da con frecuencia ¿cuantos niños sanos no habrán muerto por una prueba mal hecha? ¿quién debería indemnizar esto?.... ¿Cómo se puede jugar así con la vida humana? Luego nuestra legislación pretende perseguir los "genocidios" ocurridos en todo el mundo, ¿y este genocidio que tenemos aquí dentro y es con diferencia el mayor de todos?
Y el caso es que esta situación subrealista de tener que indemnizar a unos padres por un hijo defectuoso se ha hecho aplicando "estrictamente" la ley anterior, la que apoyan todos los partidos políticos parlamentarios y algunos políticos de centro-derecha dicen que es "la equilibrada".
Fuente: laecristiana.blogspot.com
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