La Iglesia Católica ha festejado hoy a los 498 mártires de la persecución religiosa del siglo XX que asoló a la Iglesia Española. 498 testigos valientes del Evangelio de Jesucristo que dieron la vida al servicio de la Iglesia y de unos ideales que predicaron y vivieron. Entre los mártires podemos encontrar obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos, mujeres y hombres; tres de ellos tenían dieciséis años y el mayor setenta y ocho. Beatos de la Iglesia Católica porque no solo murieron por amor a Jesucristo sino que murieron perdonando a los verdugos que se ensañaron con ellos hasta llevarlos a la muerte.
Hace ahora poco más de un año el papa Benedicto XVI y en su nombre el cardenal Saraiva beatificaba a estos casi quinientos testigos mártires de la Iglesia. El Papa en el rezo del ángelus del día después de la beatificación aseguró que los mártires de España eran unos “testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos”. Muchos fueron los perseguidos por el odio anti cristiano que reinaba en la España Republicana y como muestra de ese odio fueron muchos los consagrados y fieles cristianos que derramaron su sangre, solo son 498 los reconocidos mártires por la Iglesia pero muchos más los que murieron víctimas de un odio desmesurado contra todo lo que representaba la cultura y religión cristiana.
Fuente: El Nuevo Alcázar
Hace ahora poco más de un año el papa Benedicto XVI y en su nombre el cardenal Saraiva beatificaba a estos casi quinientos testigos mártires de la Iglesia. El Papa en el rezo del ángelus del día después de la beatificación aseguró que los mártires de España eran unos “testigos heroicos de la fe que, movidos exclusivamente por su amor a Cristo, pagaron con su sangre su fidelidad a Él y a su Iglesia. Con su testimonio iluminan nuestro camino espiritual hacia la santidad, y nos alientan a entregar nuestras vidas como ofrenda de amor a Dios y a los hermanos”. Muchos fueron los perseguidos por el odio anti cristiano que reinaba en la España Republicana y como muestra de ese odio fueron muchos los consagrados y fieles cristianos que derramaron su sangre, solo son 498 los reconocidos mártires por la Iglesia pero muchos más los que murieron víctimas de un odio desmesurado contra todo lo que representaba la cultura y religión cristiana.
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