El día de San Esteban, 26 de Diciembre de 2009 hemos podido gozar del Evangelio de la Vida; el Evangelio de Nuestro Señor, divulgado por nuestro querido Obispo de Castellón, D. Casimiro López, quién en una magistral homilía, cristiana y valiente, se ha limitado a proclamar lo que debiera ser evidente para toda persona, no ya cristiana; no ya formada, sino tan sólo consciente de su realidad humana.
Lo verdaderamente triste es que proclamaciones como las manifestadas por nuestro querido obispo merezcan especial atención y aplauso, pero así es nuestra realidad en un mundo que ha perdido el norte, que se muestra incapaz de identificar el bien y el mal; que si acaso llega a vislumbrarlos, cae en la falacia relativista de considerar ambos aspectos como merecedores de los mismos respetos.
Afortunadamente, ningún político ha hecho ostensible acto de presencia en la celebración de la Santa Eucaristía; afortunadamente la Iglesia no ha sufrido una nueva mancilla; Dios no ha querido que ningún político haya tenido a bien insultar con su presencia en tan importante acto.
No obstante la bienaventuranza que representa la ausencia de genocidas en la Eucaristía, debemos lamentar que la larga sombra del mal sí estuviese presente en la misma. Y me explico: La Iglesia concatedral estaba a rebosar de fieles; ciertamente su número aportaba lo que, tejas abajo, resulta importante: calor humano. No obstante, y por supuesto sin pretender hacer comparaciones; sin pretender equiparar la Eucaristía con otras cosas, llama la atención que, organizaciones “pro-vida”, estuviesen presentes de manera manifiesta en la Eucaristía, mientras, de forma pertinaz, permanecen ausentes de las convocatorias puramente civiles, pero inequívocamente defensoras de la vida, que todos los últimos viernes de mes se celebran ante las clínicas genocidas, en particular en Castellón.
No voy a decir que esas asociaciones, cuyo nombre me cuido muy mucho en citar porque sigo creyendo que tienen buen corazón, sean fariseas. No lo digo, pero les anuncio que alguien puede llegar a pensar que así sea, máxime cuando colaboran de manera descarada con las administraciones genocidas; cuando por motivos desconocidos que alguien puede llegar a entender que no son otros que su clientelismo, no acuden a las concentraciones que se realizan en defensa de la vida.
Y es que el fin no justifica los medios… según los principios cristianos, claro, y según los principio cristianos no se puede respetar organizaciones que, como PP-PSOE … o el sistema en sí, realizan permanentes actos contrarios a la dignidad humana y a la vida.
Es menester sí, que asistan a la Eucaristía, y en concreto cuando se realiza en petición por la vida… y es menester que acudan a otras actividades en defensa de la vida, ¿o es que acaso creen que con el mero acto formal de asistir a la Eucaristía han cumplido con su obligación?… ¿Con qué copla se quedan?; ¿O es que acaso no entienden el “ite Missa est”… Pues para que no se equivoquen, don Casimiro nos lo dijo no en latín, sino en español. Yo sí me enteré, por lo que reitero: Gracias, don Casimiro.
Fdo: Cesáreo Jarabo
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