Esta mañana, sábado 3 de julio, se ha constituido el renovado Consejo Diocesano de Pastoral (CDP). El obispo, mons. Casimiro López Llorente, explicó que aunque no sea un organismo obligatorio, sí que es “muy oportuno en incluso necesario que exista en la Diócesis, pues permite la expresión de todos los fieles, especialmente los laicos”. El obispo pidió a los nuevos consejeros que “nunca pierdan de vista la relación del Consejo con la totalidad de la Iglesia Diocesana, a la que se tiene que servir para que el Evangelio llegue a todos”.
Aunque el CDP es un órgano consultivo, Mons. López Llorente subrayó “la importancia y el valor de sus decisiones, que sólo por razones graves se aconseja que el obispo no las asuma”. Esta consigna se puso ya en práctica en la primera reunión, en la que se trató la programación diocesana para el curso próximo. Como marco general, el Obispo indicó ámbitos de conversión en la Diócesis: personalizar la fe por una experiencia de encuentro con Cristo resucitado, potenciar el sentido de pertenencia y colaboración diocesana, consolidar una pastoral comunitaria compuesta por células vivas, o subrayar la acción evangelizadora.
Éste órgano consultivo reúne a representantes de todos los ámbitos diocesanos, tanto sacerdotes como seglares, y tiene por misión ser una instancia “de comunión y corresponsabilidad eclesial así como un instrumento donde se expresa la catolicidad de la fe, que, en comunión con la Iglesia universal y en España, posibilita al Obispo conocer el parecer de sus fieles en aquellas cuestiones que son motivo de atención o estudio por la Iglesia diocesana”, según describe el segundo artículo de sus estatutos.
Valorar y sugerir ejes pastorales
Los fines del CDP son estudiar y valorar, bajo la autoridad del Obispo, lo que se refiere a las actividades pastorales en la Diócesis, y sugerir conclusiones prácticas sobre ellas a fin de promover la coherencia de la vida y acciones del Pueblo de Dios con el Evangelio, desarrollar la dimensión misionera de la fe y contribuir así a la construcción de un mundo más fraterno y humano.
El CDP está presidido por el Obispo, y compuesto por miembros natos (el vicario general y de pastoral, los rectores de los Seminarios Mayores, los presidentes de los Cabildos Catedral y Concatedral, y el presidente/a de la Confederación de Religiosos diocesana), elegidos (entre sacerdotes y seglares de los diversos arciprestazgos y delegaciones diocesanas) y de libre designación.
Aunque el CDP es un órgano consultivo, Mons. López Llorente subrayó “la importancia y el valor de sus decisiones, que sólo por razones graves se aconseja que el obispo no las asuma”. Esta consigna se puso ya en práctica en la primera reunión, en la que se trató la programación diocesana para el curso próximo. Como marco general, el Obispo indicó ámbitos de conversión en la Diócesis: personalizar la fe por una experiencia de encuentro con Cristo resucitado, potenciar el sentido de pertenencia y colaboración diocesana, consolidar una pastoral comunitaria compuesta por células vivas, o subrayar la acción evangelizadora.
Éste órgano consultivo reúne a representantes de todos los ámbitos diocesanos, tanto sacerdotes como seglares, y tiene por misión ser una instancia “de comunión y corresponsabilidad eclesial así como un instrumento donde se expresa la catolicidad de la fe, que, en comunión con la Iglesia universal y en España, posibilita al Obispo conocer el parecer de sus fieles en aquellas cuestiones que son motivo de atención o estudio por la Iglesia diocesana”, según describe el segundo artículo de sus estatutos.
Valorar y sugerir ejes pastorales
Los fines del CDP son estudiar y valorar, bajo la autoridad del Obispo, lo que se refiere a las actividades pastorales en la Diócesis, y sugerir conclusiones prácticas sobre ellas a fin de promover la coherencia de la vida y acciones del Pueblo de Dios con el Evangelio, desarrollar la dimensión misionera de la fe y contribuir así a la construcción de un mundo más fraterno y humano.
El CDP está presidido por el Obispo, y compuesto por miembros natos (el vicario general y de pastoral, los rectores de los Seminarios Mayores, los presidentes de los Cabildos Catedral y Concatedral, y el presidente/a de la Confederación de Religiosos diocesana), elegidos (entre sacerdotes y seglares de los diversos arciprestazgos y delegaciones diocesanas) y de libre designación.
Fuente: revistaecclesia.com
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