Divina Misericordia

sábado, 17 de julio de 2010

Entrevista al arcipreste de Segorbe, Don José Ramón López Carot

Este sábado empieza la primera visita pastoral desde 1994. Estos 14 años han creado una viva expectativa por el encuentro con el obispo en la iglesia diocesana más cercana de la parroquia, los movimientos y comunidades religiosas. El arcipreste es realista y un sacerdote muy pegado al terreno concreto de la vida diocesana, pero está seguro que acaba de empezar un tiempo de gracia que en Segorbe se prepara así.

¿Cómo acoge el arciprestazgo la visita pastoral?
Nos estamos preparando con las catequesis sobre la iglesia como comunidad misionera y diocesana: son cuatro temas que van preparan la visita antes que venga el obispo a la respectiva parroquia. Esperamos al obispo con esperanza, como el Buen Pastor. No viene como invitado a una fiesta patronal ni a conferir un sacramento, sino como pastor de la diócesis, a imagen de Jesucristo, para traer la Buena Noticia.

¿Qué esperan de esta visita pastoral?
Algo fundamental es crear la consciencia de comunidad parroquial. Ya va existiendo pero hay que potenciarla.

¿Como la describiría?
Ese conjunto de personas que quieren seguir a Jesucristo escuchando y siendo fieles a su mensaje.

De los encuentros particulares que tendrá el obispo con diversos colectivos,
¿cuáles piensa que serán más importantes?
La visita a los enfermos es un punto fundamental para hacerles ver cómo sus dolores y sufrimientos tienen más valor del que parecen. También habrá la eucaristía, y la asamblea parroquial en la que el obispo escuchará y dirá. Además hay que contar con todo el resto: escuelas, jóvenes, autoridades, comunidades…

¿Una visita pastoral es la solución a todas las dificultades de la zona?
A veces estamos esperamos muchos frutos, pero no creo que haya que esperar grandes milagros. Los frutos serán lo que el Espíritu Santo, con su luz y fuerza, y la palabra del obispo, vayan indicando para cada momento concreto de la vida ordinaria de la parroquia. Sí, puede ser el inicio de la solución de problemas, pero luego hay que seguir siendo constantes en el compromiso de sentirse misioneros, en la formación, en la renovación del dinamismo y en la vivencia de la fe cristiana.

Como cura de Soneja,
¿cómo se vive la espera en su pueblo?
Con ilusión y la con expectativa de recibir una palabra de ánimo y orientación. De ordinario ya tienen del cura, pero ahora la recibirán del obispo como maestro en la fe.

Fuente: obsegorbecastellon.es

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