Parroquias independentistas, iglesias vacías...
Un sacerdote cuenta en su blog como acudió a la manifestación secesionista y cantaba "bote, bote, bote, español el que no bote".
El pasado 11 de septiembre se consumó el desafío independentista de una parte de Cataluña. En la masiva manifestación había gente de todos los estratos de la sociedad catalana. Y entre ellos también había una parte de los católicos catalanes con algunos de sus sacerdotes.
Según las últimas encuestas, la población catalana está dividida entre los partidarios de la independencia y los que quieren seguir siendo parte de España. Pero esto no importa para los responsables de algunas parroquias, que se sumaron con alegría a la marcha independentista de la Díada. A pesar de que parte de sus feligreses no se sientan representados por esta marcada tendencia que debería ser ajena a la Iglesia.
Según ha relatado la plataforma Germinans, varias parroquias, especialmente de la zona rural de Cataluña aunque también algunos templos de la capital, colocaron enormes banderas esteladas en los campanarios o en las fachadas de las iglesias. En otros casos, colocaron banderas independentistas en sus web e incluso enlazaban con la página de la Asamblea Nacional Catalana.
Las parroquias independentistas, vacías
Sin embargo, este grupo de laicos y sacerdotes catalanes que denuncian estas tropelías han confirmado a Libertad Digital que las parroquias que más se han implicado en esta causa independentista y en la manifestación son las que más fieles han perdido en los últimos años, las más secularizadas y las más decadentes. Han perdido todo su poder de convocatoria en el aspecto religioso y la gente que sigue practicando se ha ido a parroquias vecinas para poder centrarse realmente en lo religioso y no en lo político.
De hecho las parroquias de Barcelona que abiertamente colocaron las esteladas y que se declararon a favor de la secesión a través de sus webs están prácticamente vacías y la práctica religiosa es tan escasa que incluso no se descarta que en un futuro más pronto que tarde se cierren estas parroquias.
Estos hechos contrastan con las parroquias dirigidas por sacerdotes o grupos no infectados por este virus político. Sus iglesias siguen llenas y en ellas se pueden ver gran cantidad de jóvenes y familias. Aquí lo relevante no es la opción política de cada uno sino que el centro de todo es la fe, el Evangelio, algo impensables en las "parroquias independentistas", que discriminan a los fieles que no piensan como ellos.
El ejemplo de la Cataluña interior es muy significativo. Antaño una zona de honda religiosidad la práctica religiosa ha caído de manera estrepitosa en los últimos años. Las bodas, bautizos y la asistencia a misa son mucho menor que en el resto de España y la secularización ha avanzado sobremanera. Es de estas zonas de Cataluña de donde acudieron cientos de autobuses a la marcha independentista, con sacerdotes incluidos.
El cura del "español el que no bote"
Es el caso del sacerdote Martiria Brugada, que se puso alzacuellos para la ocasión e ir a la manifestación desde Gerona en uno de estos autobuses. En su propio blog, donde tiene puesta la estelada, relata su viaje a Barcelona para pedir la independencia.
Cuenta él mismo en su escrito contando su viaje a Barcelona: "no avanzamos mucho pero, por lo menos gritamos: "bote, bote, bote, español el que no bote". "No queremos ser una región de España, no queremos ser un país ocupado! Queremos, queremos, queremos, queremos la independencia. Queremos, queremos, queremos: Países Catalanes ". Y todavía: "In, inde, independencia". Y también " ¿Qué quiere esta tropa? Un nuevo estado de Europa! ¿Qué quiere esta gente? Cataluña Independiente ".
El caso de Montserrat
Recientemente se ha puesto de manifiesto esta utilización nacionalista de los templos y santuarios católicos en Cataluña. Es lo que ha ocurrido en el monasterio de Montserrat, que fue escenario de un acto independentista, con bendición incluso a los participantes y con mítines en su interior.
Este hecho molestó a distintos fieles que han iniciado una campaña en la que exigen al abad que deje de utilizar el monasterio de todos los católicos para fines meramente partidistas.
Un sacerdote cuenta en su blog como acudió a la manifestación secesionista y cantaba "bote, bote, bote, español el que no bote".
El pasado 11 de septiembre se consumó el desafío independentista de una parte de Cataluña. En la masiva manifestación había gente de todos los estratos de la sociedad catalana. Y entre ellos también había una parte de los católicos catalanes con algunos de sus sacerdotes.
Según las últimas encuestas, la población catalana está dividida entre los partidarios de la independencia y los que quieren seguir siendo parte de España. Pero esto no importa para los responsables de algunas parroquias, que se sumaron con alegría a la marcha independentista de la Díada. A pesar de que parte de sus feligreses no se sientan representados por esta marcada tendencia que debería ser ajena a la Iglesia.
Según ha relatado la plataforma Germinans, varias parroquias, especialmente de la zona rural de Cataluña aunque también algunos templos de la capital, colocaron enormes banderas esteladas en los campanarios o en las fachadas de las iglesias. En otros casos, colocaron banderas independentistas en sus web e incluso enlazaban con la página de la Asamblea Nacional Catalana.
Las parroquias independentistas, vacías
Sin embargo, este grupo de laicos y sacerdotes catalanes que denuncian estas tropelías han confirmado a Libertad Digital que las parroquias que más se han implicado en esta causa independentista y en la manifestación son las que más fieles han perdido en los últimos años, las más secularizadas y las más decadentes. Han perdido todo su poder de convocatoria en el aspecto religioso y la gente que sigue practicando se ha ido a parroquias vecinas para poder centrarse realmente en lo religioso y no en lo político.
De hecho las parroquias de Barcelona que abiertamente colocaron las esteladas y que se declararon a favor de la secesión a través de sus webs están prácticamente vacías y la práctica religiosa es tan escasa que incluso no se descarta que en un futuro más pronto que tarde se cierren estas parroquias.
Estos hechos contrastan con las parroquias dirigidas por sacerdotes o grupos no infectados por este virus político. Sus iglesias siguen llenas y en ellas se pueden ver gran cantidad de jóvenes y familias. Aquí lo relevante no es la opción política de cada uno sino que el centro de todo es la fe, el Evangelio, algo impensables en las "parroquias independentistas", que discriminan a los fieles que no piensan como ellos.
El ejemplo de la Cataluña interior es muy significativo. Antaño una zona de honda religiosidad la práctica religiosa ha caído de manera estrepitosa en los últimos años. Las bodas, bautizos y la asistencia a misa son mucho menor que en el resto de España y la secularización ha avanzado sobremanera. Es de estas zonas de Cataluña de donde acudieron cientos de autobuses a la marcha independentista, con sacerdotes incluidos.
El cura del "español el que no bote"
Es el caso del sacerdote Martiria Brugada, que se puso alzacuellos para la ocasión e ir a la manifestación desde Gerona en uno de estos autobuses. En su propio blog, donde tiene puesta la estelada, relata su viaje a Barcelona para pedir la independencia.
Cuenta él mismo en su escrito contando su viaje a Barcelona: "no avanzamos mucho pero, por lo menos gritamos: "bote, bote, bote, español el que no bote". "No queremos ser una región de España, no queremos ser un país ocupado! Queremos, queremos, queremos, queremos la independencia. Queremos, queremos, queremos: Países Catalanes ". Y todavía: "In, inde, independencia". Y también " ¿Qué quiere esta tropa? Un nuevo estado de Europa! ¿Qué quiere esta gente? Cataluña Independiente ".
El caso de Montserrat
Recientemente se ha puesto de manifiesto esta utilización nacionalista de los templos y santuarios católicos en Cataluña. Es lo que ha ocurrido en el monasterio de Montserrat, que fue escenario de un acto independentista, con bendición incluso a los participantes y con mítines en su interior.
Este hecho molestó a distintos fieles que han iniciado una campaña en la que exigen al abad que deje de utilizar el monasterio de todos los católicos para fines meramente partidistas.
Fuente: Libertaddigital.com
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