En la celebración de la Patrona de la diócesis de Segorbe-Castellón, este último martes 11 de septiembre, la Cueva Santa se ha convertido en el altavoz desde donde resonaba un anuncio convencido: “La fe es motivo de alegría”.
Cada año, la eucaristía presidida por monseñor Casimiro López Llorente es un adelanto de los grandes temas del curso pastoral. En esta ocasión, se adelantaba un mes a la apertura universal del Año de la Fe, de la mano de María y ante una asamblea en la que el Obispo reconocía “una representación de toda la Iglesia diocesana reunida para rezar por la diócesis”.
En concordancia con los objetivos establecidos por el Papa Benedicto XVI, monseñor López Llorente describía el Año de la Fe como una ocasión para convertirnos a Jesucristo, centrar la atención y saborear el Credo, formarse para poder dar respuesta a los hombres de hoy y, sobretodo, “recuperar la belleza y la alegría de creer”. “Esta frase nos puede acompañar este año”, aseguraba el Obispo, porque vivida así la fe, incluso en medio de las dificultades, “ayuda a caminar y hace que merezca la pena seguir siendo cristianos”.
“El camino para avivar y fortalecer la fe –explicaba el Prelado- es vivir en oración, en presencia del Señor”. Esto implica que la fe no solo es formación, sino también vida: “Qué bonito que como María al responder a Isabel con el Magníficat, nosotros también hablásemos con las Palabras de Dios, pensásemos y sintiésemos como Dios, porque así podríamos actuar como Él y anunciar a Jesucristo a todos”, concluía enlazando con el objetivo del último año del Plan Diocesano de Pastoral, que se concluye este curso.
Referencias particulares
Monseñor López Llorente comenzó la homilía dirigiéndose personalmente a varios de los grupos e instituciones diocesanas presentes en la celebración. Celebró la llegada de tres nuevos seminaristas mayores, y manifestó su confianza que para el próximo curso se reabra el seminario menor. Felicitó la importante asistencia de fieles de la Alfondeguilla, y aseguró a los vecinos de Gátova, cuya parroquia pasará próximamente a la Archidiócesis de Valencia, que con este cambio ha querido asegurar su buena atención pastoral.
Cada año, la eucaristía presidida por monseñor Casimiro López Llorente es un adelanto de los grandes temas del curso pastoral. En esta ocasión, se adelantaba un mes a la apertura universal del Año de la Fe, de la mano de María y ante una asamblea en la que el Obispo reconocía “una representación de toda la Iglesia diocesana reunida para rezar por la diócesis”.
En concordancia con los objetivos establecidos por el Papa Benedicto XVI, monseñor López Llorente describía el Año de la Fe como una ocasión para convertirnos a Jesucristo, centrar la atención y saborear el Credo, formarse para poder dar respuesta a los hombres de hoy y, sobretodo, “recuperar la belleza y la alegría de creer”. “Esta frase nos puede acompañar este año”, aseguraba el Obispo, porque vivida así la fe, incluso en medio de las dificultades, “ayuda a caminar y hace que merezca la pena seguir siendo cristianos”.
“El camino para avivar y fortalecer la fe –explicaba el Prelado- es vivir en oración, en presencia del Señor”. Esto implica que la fe no solo es formación, sino también vida: “Qué bonito que como María al responder a Isabel con el Magníficat, nosotros también hablásemos con las Palabras de Dios, pensásemos y sintiésemos como Dios, porque así podríamos actuar como Él y anunciar a Jesucristo a todos”, concluía enlazando con el objetivo del último año del Plan Diocesano de Pastoral, que se concluye este curso.
Referencias particulares
Monseñor López Llorente comenzó la homilía dirigiéndose personalmente a varios de los grupos e instituciones diocesanas presentes en la celebración. Celebró la llegada de tres nuevos seminaristas mayores, y manifestó su confianza que para el próximo curso se reabra el seminario menor. Felicitó la importante asistencia de fieles de la Alfondeguilla, y aseguró a los vecinos de Gátova, cuya parroquia pasará próximamente a la Archidiócesis de Valencia, que con este cambio ha querido asegurar su buena atención pastoral.
Foto: Rafael Martín
Fuente: agenciaasic.com
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