
A diferencia del Seminario menor tradicional, los jóvenes no llevarán un régimen de internado ni realizarán sus estudios en un solo centro, sino que vivirán normalmente en sus casas, con su familia, asistirán a las clases en el Colegio o Instituto respectivo y participarán en las actividades de sus parroquias. Ahora bien, además del acompañamiento personal por sus padres, el responsable del Seminario y sus sacerdotes, una vez al mes tendrán juntos actividades vocacionales y formativas para ayudarles a responder a las preguntas que anidan en su corazón sobre una posible vocación sacerdotal.
Esta iniciativa responde a la preocupación por el escaso número de seminaristas mayores y la alta edad media del clero, pero sobretodo a "la escasa e insuficiente presencia de la pastoral vocacional al ministerio ordenado en la vida y en la acción pastoral de nuestras comunidades y grupos", ya que, según el obispo, muchas veces la acción para suscitar nuevos presbíteros se limita a orar y no se aprovechan suficientemente las ocasiones, como la preparación a los sacramentos, el colegio o las clases de religión, para dar la oportunidad a los niños y jóvenes de preguntarse si Dios los llama a ser sacerdotes, cuestión que "cada uno debería hacerse alguna vez en su vida".
Fuente: El Periódico Mediterráneo
Foto: procesión corpus/El Informal Segorbino
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