Divina Misericordia

miércoles, 24 de junio de 2015

López Llorente cumple nueve años como obispo de Segorbe-Castellón


Este martes se han cumplido nueve años de la toma de posesión de Mons. Casimiro López Llorente como el cuarto obispo de Segorbe-Castellón. Entonces fue un viernes cuando entró a mediodía en el territorio diocesano por Barracas, para asumir la sede en la Catedral de Segorbe por la tarde. Su nombramiento se dio a conocer el 25 de abril. Tres días después ya intervino en el Espejo diocesano donde explicó que su método de trabajo es enviar los proyectos “a las parroquias, movimientos, a todos los que integran la Iglesia Diocesana, de modo que sean un fruto maduro del trabajo de todos”. Casi una década después, los dos planes diocesanos en los que ha guiado a la Diócesis muestran que es así.


 Ante su nuevo destino, mons. López Llorente declaró que lo primero que sintió fue sorpresa porque solo llevaba cinco años en Zamora. Precisamente antes de dejar su diócesis castellana quiso terminar una visita pastoral. Igualmente, en Segorbe-Castellón ha hecho del encuentro con los párrocos y los fieles una de sus tareas principales.

 En la actualidad ya ha visitado más de la mitad de los arciprestazgos. Otra característica de estos años ha sido la atención al presbiterio, consiguiendo mantener una constante en las ordenaciones e impulsando la recuperación del Seminario Menor, así como creando una vicaría para el clero. 


 Tras la toma de posesión en Segorbe, D. Casimiro quiso visitar los patronos de la Diócesis: La Virgen de la Cueva Santa, a la que consagró su persona y ministerio, y San Pascual Baylón. El domingo 25 tuvo lugar la acogida en Castellón, con la visita a la Basílica de la Mare de Déu del Lledó y la eucaristía de acción de gracias en la Concatedral.


 Llegó con fama de trabajador, y el 10 de julio ya anunciaba los primeros nombramientos “en orden a proveer con prontitud al gobierno pastoral de la Diócesis”. En su homilía de toma de posesión declaraba el secreto para ser un buen pastor: “No podré ser buen responsable sin cultivar una relación de amor y amistad con Cristo Jesús, para alimentar mi fe y mi caridad personal; solo así podré ser sus manos y sus labios, ser pastor vuestro según su Corazón”.

 Fuente: laplanaaldia.com

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