Divina Misericordia

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Homilía de monseñor López Llorente del Día de Navidad

¡Amados hermanos y hermanas en el Señor!

Anuncio del ángel

1. “Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis una señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc 2,11s.). Con estas palabras anuncia el ángel a los pastores la buena Nueva de la Navidad. Nada prodigioso, nada espectacular se les da como señal a los pastores. Verán solamente un niño envuelto en pañales que, como todos los niños, necesita los cuidados maternos; un niño que ha nacido en un establo y que no está acostado en una cuna, sino en un pesebre.

La señal de Dios es el niño, su necesidad de ayuda y su pobreza. Sólo con el corazón los pastores podrán ver que en este niño se ha realizado la promesa del profeta Isaías: “un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Lleva al hombro el principado” (Is 9,5). Tampoco a nosotros se nos ha dado una señal diferente. El ángel de Dios, a través del mensaje del Evangelio, nos invita también a encaminarnos con el corazón para ver al niño acostado en el pesebre.

La señal de Dios es la sencillez. La señal de Dios es el niño. La señal de Dios es que Él se hace pequeño por nosotros. Él no viene con poderío y grandiosidad externos. Viene como niño inerme y necesitado de nuestra ayuda. No quiere abrumarnos con la fuerza. Nos evita el temor ante su grandeza. Pide nuestro amor: por eso se hace niño. No quiere de nosotros más que nuestro amor, a través del cual aprendemos espontáneamente a entrar en sus sentimientos, en su pensamiento y en su voluntad: aprendamos a vivir con Él y a practicar también con Él la humildad de la renuncia que es parte esencial del amor. Dios se ha hecho pequeño para que nosotros pudiéramos comprenderlo, acogerlo, amarlo.

El misterio santo de la Navidad nos congrega para contemplar y admirar, para bendecir y cantar, para postrarnos en humilde oración ante el Niño, que yace en el portal de Belén.

Verdadero Dios y verdadero Hombre

2. Este Niño es Dios. Esta es la respuesta clara que ofrece el evangelista San Juan: Ese Niño es el Verbo de Dios, la Palabra de Dios, hecha carne; es el mismo Hijo de Dios hecho Hombre; es el Hijo de Dios que, sin dejar la gloria del Padre se ha hecho presente entre nosotros. Ese Niño que nace en Belén es Dios, y por eso los ángeles del cielo lo adoran y han entonado el cántico más grandioso y sencillo que oyó la tierra: “Gloria a Díos en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor” (Lc 2, 14). Ese Niño es Dios, y por eso los profetas lo anunciaron, y su anuncio se cumplió en la historia. Ese Niño es Dios, y porque lo es, una estrella lo señala desde las alturas; y porque es Rey de reyes y Señor de los señores llegaron los reyes de Arabia y Sabá a depositar junto a su cuna los tesoros, los cetros y las coronas.

Poco importa que sea un Niño recién nacido, ni su apariencia pobre, frágil y humilde. Él es el Hijo de Dios, el Hijo “por medio del cual (Dios) ha ido realizando las edades del hombre” (Heb 1,3). Él es el reflejo de la gloria del Padre, impronta de su ser, tan excelso y omnipotente, que sostiene el universo y la creación entera se rinde a sus pies. Este es el Niño objeto de nuestras miradas en la cuna de Belén.

Pero no es esto sólo; y aquí está el prodigio, sólo posible por la sabiduría y el amor misericordioso de Dios. Este Niño es Hombre también. Sin dejar de ser Dios se ha hecho hombre de nuestra misma naturaleza; siendo eterno y engendrado antes del tiempo, comparte nuestra vida temporal, con un cuerpo y un alma como los nuestros, formados en las entrañas purísimas de una mujer, la Virgen María.

Hay pues en Él dos naturalezas, una divina y otra humana, que al unirse, en nada cambian y permanecen distintas, por las que es Dios y Hombre pero una sola Persona, la misma que tiene desde toda la eternidad como Hijo de Dios; porque no debe ni puede perderla; es la que rige, gobierna y sirve de supuesto a la naturaleza humana que tomó en el tiempo y ha elevado a una dignidad incomparable. Este es el misterio del Niño Dios, el misterio de nuestro Redentor y Salvador, que nació hace más de 2000 años y que está en medio de nosotros: Él es el Enmanuel, Dios-con-nosotros.

Dios entra en nuestra historia

3. “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14). Este es el motivo de nuestra alegría navideña, el contenido propio de la fiesta de Navidad.

No celebramos simplemente el nacimiento de un niño. Aquí ha ocurrido algo más: el Verbo de Dios, el Hijo mismo de Dios se hace carne. Dios viene a habitar entre nosotros, se hace uno de los nuestros, entra en nuestra historia personal y colectiva. Él se ha unido tan inseparablemente con el hombre: es efectivamente Dios de Dios, luz de luz, y, a la vez, sigue siendo verdadero hombre. Así vino a nosotros efectivamente el eterno sentido del hombre, del mundo y de la historia humana de tal forma que se le puede contemplar e incluso tocar (cf. 1 Jn 1,1). Pero este sentido no es simplemente una idea. El sentido es una Palabra, y la Palabra es una persona: es el Hijo de Dios que nos conoce, nos ama, nos llama, nos perdona y quiere darnos su misma vida. El viene para y por cada uno de nosotros. A quien le recibe en la fe, le purifica de sus pecados y le concede el poder ser hijo de Dios, participar de la vida de Dios sin fin.

Ésta en la buena Noticia de la Navidad: Desde entonces existe un sentido para el hombre, para el mundo y para la historia. Y el sentido es Dios. Y Dios es amor, es bondad y misericordia. Dios no es un ser alejado, al cual nunca se puede llegar. Dios se halla totalmente próximo, al alcance de la voz y de la mano; a Dios se le puede alcanzar siempre. Él tiene tiempo para mí, tanto tiempo que hubo de yacer en un portal y que permanece siempre como hombre.

Necesidad de contemplar, adorar acoger y llevar

4. Dejémonos guiar por el evangelista san Juan, y dirijamos nuestra mirada y nuestro corazón al Verbo eterno, a la Palabra que se hizo carne y de cuya plenitud hemos recibido gracia sobre gracia (cf. Jn 1, 14.16). Esta fe en la Palabra que creó el mundo, en Aquel que vino como un Niño, esta fe y su gran esperanza parecen, por desgracia, alejadas hoy de la realidad de la vida de cada día, pública o privada. Parece una verdad es demasiado grande para ser acogida. Pero sin ella, sin Dios, sin su Palabra, el mundo resulta cada vez más caótico, crispado y violento. Si la luz de Dios, la luz de la Verdad, se apaga, la vida se vuelve oscura y sin brújula.

Dejemos que nuestros ojos y nuestro corazón se abran al misterio de este día y así podamos ver. Caigamos de rodillas a los pies de ese Niño y postrémonos ante Él en adoración. Sí, hemos de hacer todo esto, pues su venida a la tierra tiene como objeto asumir en sí todo lo creado, reconstruir lo que estaba caído y restaurar de ese modo el universo. Vino del cielo y se hizo hombre, para llamar de nuevo al Reino de los cielos al hombre sumergido en el pecado, para librarnos de la esclavitud del pecado -origen de todos los males-, y de la muerte eterna, para hacernos partícipes de la misma vida divina y convertir nuestra vida natural y humana en sobrenatural y divina, para hacernos hijos de Dios dando así comienzo a la nueva creación mucho más maravillosa que la primera.

Acojamos con fe y proclamemos a todos con alegría la salvación de Dios que llega a todos los confines de la tierra y “verán la victoria de nuestro Dios” (Is 52, 10). Miremos con fe porque en esa cuna descansa el que es la Luz que ilumina y enseña el camino a todos: a los poderosos a ser humildes, a los ricos a saber vivir más pobremente y compartir con los necesitados, a los afligidos a descubrir en Dios su esperanza, a los que llevan los destinos de los pueblos a mejor servir e implantar la justicia y a todos a saberse respetar y amar más.

Oración y felicitación

5. En esta Navidad pidamos a este Niño-Dios que la violencia sea vencida con la fuerza del amor, que los enfrentamientos cedan el paso a la reconciliación, que la prepotencia se transforme en humildad, y en deseo de perdón, de justicia y de paz. Que los deseos de bondad y de amor que nos intercambiamos en estos días lleguen a todos los ambientes de nuestra vida cotidiana. Que sea un aldabonazo de nuestras conciencias ante una ‘cultura de la muerte’, para que aprendamos a respetar toda vida humana desde su concepción hasta su muerte natural. Que sea respetada toda persona humana porque todo hombre y mujer gozan de la misma dignidad, que Dios les da. Que la paz esté en nuestros corazones, para que se abran a la acción de la gracia de Dios. Que la paz y el amor reine en las familias. Que el mensaje de solidaridad y de acogida que brota de la Navidad contribuya a crear una sensibilidad más profunda ante las antiguas y nuevas formas de pobreza, ante el bien común, en el que todos estamos llamados a participar. Que todos los miembros de la comunidad familiar, en especial los niños, los ancianos, las personas más débiles, puedan sentir el calor de esta fiesta, y que se dilate después durante todos los días del año.

Que la Navidad sea para todos la fiesta del amor, de la alegría y de la paz: porque nos ha nacido el Salvador, el Príncipe de la paz. A todos os deseo una Navidad llena de Amor, de Paz y de Felicidad; una Navidad llena de Dios.

domingo, 15 de diciembre de 2019

VÍDEOS MUNILLA: CONSEJOS AL CLERO JOVEN



Domingo, 15 de diciembre de 2019
Basándose en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, explicó en Nules el pasado 28 de noviembre al clero joven de la diócesis de Segorbe-Castellón cinco puntos que conforman la vida y el apostolado del sacerdote

viernes, 13 de diciembre de 2019

EL SEGUNDO MILAGRO DE EMPEL. 1941, CUANDO EN LA FIESTA DE LA INMACULADA SE SALVÓ LA DIVISIÓN AZUL

División Azul-Misa de campaña
Fue también el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, patrona de la infantería española pero no de 1585 sino de 1941. Desde los gloriosos tiempos de los Tercios a raíz del milagro de Empel, en la guerra de Flandes, la Inmaculada Concepción ha sido y es venerada como Patrona de la Infantería Española. Incluso en nuestros mismos días la Virgen en la entrañable advocación del Pilar ha sido inspiración y esperanza de los agentes de la Guardia Civil en los momentos más difíciles del terrorismo en Vascongadas, como ellos mismos han explicado.

Esa devoción y esa relación tan especial entre la Inmaculada Concepción y el Ejército español se puso de manifiesto también en muchos momentos especialmente importantes de la historia de España como en la Guerra Civil o Cruzada Nacional de 1936-1939. Y se manifestó también en la gran aventura idealista de contenido patriótico, anticomunista y católico que fue la División Azul en Rusia, entre 1941 y 1944.

Una batalla fundamental de la División Azul en Rusia a los pocos meses de su llegada al frente fue la de la cabeza de puente del río Voljov, dentro de las operaciones del sitio alemán de Leningrado (San Petersburgo). El centro neurálgico de esa batalla fue la lucha por la población de Possad entre noviembre y diciembre de 1941.

Possad era una posición aislada a 13 kms de las líneas españolas donde durante el citado mes se desarrolló una batalla muy dura entre el Regimiento 269 de la División Azul y fuerzas rusas superiores en número. La posición que formaban Possad y otras aldeas de la zona fue asaltada por fuerzas soviéticas con empleo de aviones ,tanques, lanzallamas y artilleria pesada. Los soldados españoles respondieron luchando con gran coraje a temperaturas medias de casi 30 grados bajo cero logrando rechazar todos los ataques rusos, algunos de los cuales llegaron a ocupar parte de la posición hasta ser expulsados por los contraataques de los soldados españoles.

Además el camino de 13 kms hasta el resto de las posiciones españolas al otro lado del río era constantemente minado y atacado por los rusos con amenaza de ser cortado. Esta batalla, sobretodo durante sus últimos días, a partir de inicios de diciembre de 1941 forma parte de lo que la historiografía militar alemana conoce como batalla del saliente de Tikhvin, donde la División Azul y la vecina división alemana 126 jugaban un papel fundamental para frenar una gran ofensiva soviética para liberar Leningrado, puesta en marcha a partir del 3 de diciembre. La División Azul se enfrentaba a 2 divisiones soviéticas y la 126 alemana a otras cinco.

En Possad y la cabeza de puente murieron unos 500 soldados españoles y el doble de rusos, más de 1.000. Pero pese al heroísmo de los soldados españoles, la situación se volvía crítica para la División Azul. Sus bajas estaban siendo muy altas, los heridos se contaban por miles y la superioridad numérica rusa era muy clara. En realidad todo el frente alemán en Rusia se tambaleaba en aquellos momentos, bajo el contraataque de fuerzas rusas muy superiores, a temperaturas polares.

El general Muñoz Grandes que mandaba la División se dió cuenta de que, si la cabeza de puente del Voljov cuyo centro era Possad cedía, se perdería de golpe la mitad de la División Azul. A partir de diciembre los soldados españoles ya solo podían mantener abierta la carretera que conectaba Possad y el resto de la cabeza de puente del Voljov con el resto de las líneas españolas al otro lado del río, con gran esfuerzo y sufriendo grandes bajas.

Pero lo más grave de todo era que si la cabeza de puente, que ya estaba muy presionada, se venía abajo, podía perderse toda la División Azul si los rusos seguían avanzando y llegaban a Novgorod, lo que parecía posible ante la falta de reservas. El 7 de diciembre el general Muñoz Grandes fue informado de que las posiciones españolas en la cabeza de puente estaban ya casi totalmente cercadas por fuerzas rusas muy superiores y que era imprescindible una inmediata retirada al oto lado del río para evitar una catastrófica rendición de la mitad de la DivisIón Azul a las fuerzas rusas. Si la retirada se aplazaba solo 24 horas más tarde sería ya tarde. Así pues el general Muñoz Grandes se decidió a ordenar la evacuación de la cabeza de puente hacia el otro lado del río Voljov ante el riesgo inminente de que la División fuera cercada y envuelta por los rusos. Las fuerzas alemanas de la zona también se retiraron.

Fue una sabia decisión tomada justo a tiempo. De esta forma la División pudo recuperarse, restablecer un frente sólido y prepararse para las duras batallas del año 1942. Se dió la circunstancia de que el día que se llevó a cabo la retirada táctica fue el 8 de diciembre, dia de la Inmaculada Concepción, Patrona de la Infantería Española. Concretamente empezó en la noche del día 7 pero fue durante la madrugada del ya día 8 cuando se llevó a cabo toda la fase principal del repliegue. Fue un éxito táctico. Los rusos se vieron sorprendidos y la retirada se completó sin apenas bajas españolas.

Quien no tenga Fe lo considerará una casualidad pero para el Cielo no hay casualidades . El hecho fue que el día de la Inmaculada Concepción, patrona de la Infantería española la División Azul se salvó en el último momento de un destino que podría haber sido fatal. Tal vez no sea de extrañar, teniendo en cuenta que aquellos soldados de la División Azul también honraron a la Virgen en ocasiones, rezando el Rosario cuando podían y teniendo en cuenta también que sobre su religiosidad hay numerosos testimonios.

RAFAEL MARÍA MOLINA

María Inmaculada, la mujer más bella de la historia

Santa Bernadette Soubirous tuvo la dicha de contemplar la incomparable belleza de la Santísima Virgen. Al no poder describirla, por la limitación del lenguaje humano, dijo: “Es tan hermosa que cuando se le ha visto, aunque sea una vez, quisiera una morirse para volver a verla”. Cuentan sus biógrafos que cuando la santa intentaba imitar la sonrisa y expresión de la Virgen, su rostro se volvía bellísimo y angelical, causando gran asombro en los presentes.

Celebramos con gozo una gran solemnidad mariana en honor a su Inmaculada Concepción. El dogma de fe declara que, por una gracia especial de Dios, Ella fue preservada de todo pecado desde su concepción. Fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus. Siglos antes en España ya existía una gran devoción a la Inmaculada.

La Virgen no tiene mácula de pecado. Es bella sin parangón porque Dios la preservó de toda fealdad y corrupción, consecuencia del pecado original. Algunos santos veían el auténtico aspecto, terrorífico y hediondo, de las almas que no estaban en gracia. No hablemos más de la fealdad del pecado. Cantemos la belleza de Aquella concebida sin pecado, que aplastó la cabeza a la sierpe infernal. Meditemos sobre su belleza, no sólo la interior, manantial de todas las virtudes, sino sobre su belleza física indescriptible. Limitados para comprender misterios tan inefables vamos a hacerlo a través de los santos, los que mejor han expresado su hermosura.

El historiador D. Rafael María Molina, gran devoto de la Virgen, comparte con nosotros las principales reflexiones de los santos en torno a la belleza de Nuestra Madre del Cielo.

¿Por qué es tan difícil describir la belleza de María?

Porque es un osado propósito hablar con lenguaje humano sobre la exquisita hermosura de la Virgen María. En este punto se detiene la lengua y se frena la escritura. Porque no es posible expresar algo tan sublime, que no se puede comprender con nuestro limitado entendimiento. No obstante, algo hemos de decir, como niños pequeños, si deseamos bosquejar el retrato y álbum de las perfecciones de la Virgen. Sus admirables virtudes realzan todavía más la hermosura de su naturaleza y de sus gracias y son las joyas con que se adorna.

Santo Tomás de Aquino, el doctor angélico, insiste en el principio de que cuanto más cerca está una cosa de su origen tanto más participa de su bondad, de su verdad y de su hermosura soberana. En virtud de esta enseñanza, queda claro, que la Madre de Dios es la criatura más cercana a la Divinidad, más emparentada con la Trinidad Beatísima y por eso le convenían todas las perfecciones, incluida la belleza exterior. Además la Santísima Virgen conservaba toda la hermosura, que nos está privada a los demás por el pecado original. Y todavía la aumentó inmensamente con la gracia de su Inmaculada Concepción.

¿Por qué convenía que la Virgen fuese bella, no sólo espiritual, sino físicamente?

Porque el cuerpo de la Virgen fue ordenado para que preparara carne divinísima al Verbo de Dios. Por ello convenía que su cuerpo estuviera perfectísimamente formado y que la materia fuera la idónea para obra tan grande como la que se había de edificar. Cristo, careciendo de padre terreno, fue totalmente semejante a su Madre con la lógica diferenciación de sexos. Afirma Santo Tomás de Villanueva que Cristo fue enteramente parecido a su Madre no sólo en el aspecto sino en las costumbres, palabras y porte.

San Antonino dice al respecto: “La Santísima Virgen tuvo una apariencia óptima y una complexión corporal perfectísima”. El alma de María, adornada con las más excelentes dotes, exigía un cuerpo exquisito en el que se reflejara la plenitud de la Gracia que había recibido.

Explica el padre Alastruey que Dios al formar al primer hombre tenía en su mente a Cristo, cuyo origen tenía que venir de Adán. Tertuliano imagina a todo un Dios ocupado y consagrado con manos, sentido, obra y sabiduría trazando los rasgos de la Virgen y el afecto con que lo hacía. Si Dios formó con tal cuidado el cuerpo de Adán porque de él, después de muchas generaciones, tomaría carne el Verbo, mucho más cuidado, consejo, providencia y afecto habría de tener en la formación del cuerpo y del rostro de María, de la cuál iba a nacer en una única generación.

¿Cómo describen los santos teólogos la belleza de María, irradiación de sus virtudes?

Todos los teólogos santos han sido muy devotos de María y serían interminables las referencias a su belleza y hermosura en todos los órdenes. A modo de pincelada podemos citar algunas:

San Ambrosio escribió un excelente retrato sobre la hermosura de la Virgen: “Nada de sombrío ni de duro en su mirada; ni el más mínimo atisbo de orgullo en su gesto ni en su forma de caminar. Nada de inmoderado en sus palabras ni en el tono de su voz. En todos sus movimientos había algo tan sublime que al andar parecía no tanto apoyarse sobre la tierra, como ascender a cada paso un nuevo peldaño de la perfección”.

Santo Tomás de Villanueva expresó con precisión otra de las condiciones de la belleza de nuestra Santísima Madre: “La pura Inmaculada Virgen hacía vírgenes a los que la miraban: era una virginidad fecunda en virginidades”

Lo mismo expresó San Buenaventura, quien recibió esta doctrina de su maestro Alejandro de Arles, quien enseñaba: “La Bienaventurada Virgen por su solo aspecto extinguía en los que la miraban toda impresión de concupiscencia”. San Ambrosio escribió: “Tan grande era su gracia que no sólo conservaba en ella la flor de su virginidad, sino que inspiraba también a todos los que se acercaban, el amor de la castidad. Como Ella visitó a San Juan Bautista, no es extraño que este dichoso Niño quedase puro de cuerpo, pues que la Madre del Señor le había embalsamado durante 3 meses con el aceite de su presencia y el perfume de su hermosura”.

San Juan Damasceno abundó en la misma idea: “¿Cómo describiré la belleza de vuestro rostro, vuestra dulce alegría y conversación amable que emana de un corazón todo bondad?”

San Francisco de Sales ponderaba la belleza de la Virgen llamándola aurora del día eterno: “Ayer me di cuenta de la dicha de ser hijo, aunque indigno de nuestra gloriosa Madre, estrella del Mar, hermosa como la luna”.

¿Cómo la describen los santos que han tenido el privilegio de haberla visto en vida así como los videntes de las apariciones reconocidas por la Iglesia?

Lucía de Fátima la describió así: “Llevaba un vestido blanco que le llegaba casi hasta los pies. Le cubría la cabeza un manto blanco y de la misma largura. Su vestido tenía dos cordones dorados que caían del cuello y se juntaban en una borla dorada a la altura de la cintura. La edad que representaba era de unos 15 años. El resplandor que la envolvía era muy brillante y más bonito que la luz del sol. Sus pies eran de color blanco, creo que llevaba medias”.

Maximino Giraud y Melanie Mathieu (los niños de la Salette): “La Señora era alta y de apariencia majestuosa. Tenía un vestido blanco con un delantal ceñido a la cintura, no se podría decir que era de color dorado pues estaba hecho de una tela no material, más brillante que muchos soles. Sobre sus hombros lucía un precioso chal blanco con rosas de diferentes colores en los bordes. Sus zapatos blancos tenían el mismo tipo de rosas. De su cuello colgaba una cadena con un crucifijo. De su cabeza una corona de rosas irradiaba rayos luminosos como una diadema. En sus preciosos ojos, las lágrimas rodeaban sus mejillas. Una luz más brillante que el sol pero distinta a éste le rodeaba.

Santa Catalina Labouré: “Creí oír un roce como de un vestido de seda y vi a la Santísima Virgen. De mediana estatura, su rostro era tan bello que no podría describirlo”.

Santa Faustina Kowalska vio así a la Madre de Dios: “Entre una gran claridad vi a la Santísima Virgen con una túnica blanca, ceñida de un cinturón de oro, y unas pequeñas estrellas también de oro en todo el vestido. [… ] Tenía un manto de color zafiro, puesto ligeramente sobre los hombros. En la cabeza tenía un velo liviano transparente, el cabello suelto arreglado espléndidamente y una corona de oro” Otro día la vio bajo un aspecto ligeramente diferente “Durante la Santa Misa vi a la Virgen Santísima tan resplandeciente y bella que no encuentro palabras para expresar ni siquiera la más mínima parte de su belleza. Era toda blanca, ceñida con una faja azul, el manto también azul, la corona en su cabeza. De toda la imagen irradiaba un resplandor inconcebible”.

Santa Teresa de Jesús describía así a la Reina del Cielo: “Era grandísima la hermosura que vi en Nuestra Señora, vestida de blanco con grandísimo resplandor que no deslumbraba porque era suave. Me parecía Nuestra Señora muy Niña….”

Para concluir estas reflexiones sobre su belleza, ¿El gozo de los bienaventurados en el cielo se aumenta por la presencia y visión de la gloriosísima Virgen María?

Efectivamente. Por ejemplo Dionisio el Cartujano, importante asceta medieval, afirmaba: “la presencia y la vista de la Virgen en el Reino de los Cielos aumenta inefablemente el premio de los bienaventurados”.

La famosa obra mariana, Tratado de la Virgen Santísima del canónigo Gregorio Alastruey, uno de los mayores textos marianos en español del siglo XX, insiste en este punto. Como el gozo nace del amor, cuanto más se ama a alguien más se goza en su presencia en contemplación y estando en su compañía. Las almas salvadas saben, y tienen conocimiento de ello en el cielo, que en orden a su salvación han debido más a la Santísima Virgen que a todos los santos juntos.

El conocer, como sabremos entonces, que en tantas ocasiones nuestra querida Madre nos salvó de peligros y ocasiones de pecados, nos llenará de gratitud hacia Ella. El saber que tal vez íbamos a morir en pecado grave y su intercesión nos concedió tiempo de conversión, hará que la amemos con gran intensidad filial, como hijos perpetuamente agradecidos. Y ello nos hará inmensamente felices disfrutando además de su eterna compañía de una forma parecida a como un niño muy pequeño se siente inmensamente feliz sólo con saber que tiene a su madre cerca.

San Leonardo de Porto Mauricio, extraordinario predicador del siglo XVIII decía que cuando entremos en el Cielo “v

eremos a nuestra soberana Emperatriz acogiéndonos con una amabilísima sonrisa y fijando en nosotros una de esas miradas que enamoran al Paraíso. Llena de alegría nos dirá: “Venid que yo también quiero bendeciros”. Echándonos sus brazos al cuello nos dará un abrazo de Madre”.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Contigo somos una gran familia

El Día de la Iglesia Diocesana, que celebraremos el próximo Domingo, día 12 de noviembre, es una Jornada muy apropiada para conocer nuestra Iglesia diocesana, para sentirla como propia, para amarla como a nuestra madre en la fe y como nuestra propia familia. Sentirla como nuestra propia familia suscitará nuestro compromiso efectivo en su vida y en su misión evangelizadora y en su sostenimiento económico.

Recordemos que nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón no es un territorio, ni un conjunto de servicios pastorales o administrativos, ni lo que a veces de modo distante llamamos ‘el Obispado’. No: nuestra Iglesia diocesana es una gran comunidad, es la gran familia de los creyentes, es la familia de los hijos de Dios en Segorbe-Castellón.

 La formamos todos los cristianos católicos que vivimos en el territorio diocesano, que abarca más de los dos tercios de la provincia de Castellón. Está presidida en nombre de Jesús, el Buen Pastor, por el Obispo como sucesor de los Apóstoles; el Obispo es el principio y fundamento de su unidad y el vínculo de comunión con la Iglesia universal. Nuestra Iglesia anuncia, celebra y realiza el Evangelio de Jesús, la Salvación de Dios, para todos. Está integrada por las comunidades parroquiales y otras comunidades eclesiales, que son como células de un cuerpo: la Iglesia diocesana; todas ellas serán células vivas y evangelizadoras, si están unidas en la comunión y en la misión de la Iglesia diocesana; sólo así serán comunidades eclesiales donde se anuncie, celebre y viva la comunión de Dios en la comunión fraterna.

A todos los diocesanos nos urge conocer nuestra Diócesis. No se puede amar, lo que no se conoce. Hay muchos católicos que desconocen o conocen insuficientemente su Diócesis. No sólo son desconocidas su historia, su fisonomía externa, su organización, sus múltiples tareas y sus actividades evangelizadoras, formativas, litúrgicas y caritativas. También se desconoce su realidad teológica más profunda: es decir, que la Iglesia diocesana es el lugar de la presencia en nuestra tierra de la salvación de Dios para el mundo.

 Además, la Iglesia diocesana es sentida por muchos diocesanos como algo distante; no tienen conciencia de que forman parte de esa Iglesia; ni tampoco la sienten como su propia familia, la familia de los hijos de Dios en Segorbe-Castellón. Hay también signos de falta de amor hacia la Iglesia, en general, y hacia la Iglesia diocesana en particular. Esta desafección se muestra en el alejamiento de la vida de la Iglesia, en la indiferencia ante su vida y misión o en el silencio cómplice ante ataques injustificados. Sin duda, que, como comunidad humana, nuestra Iglesia tiene defectos y pecados; son los de cada uno de quienes la formamos. Son como arrugas que afean el rostro de nuestra Iglesia, como ocurre también con nuestra madre, pero no por eso dejamos de amarla.

A los todos los católicos nos urge descubrir nuestra identidad cristiana y nuestra pertenencia a nuestra Iglesia diocesana, y vivirlas con alegría y fidelidad, en privado y en público, de palabra o por obra. Nuestra Iglesia espera de todos sus hijos que nos comprometamos de verdad en su vida, en su misión y en sus actividades.

Conocer, amar, sentir y vivir nuestra Iglesia diocesana como algo propio no será posible si no existe, antes de nada, una intensa vivencia personal de la propia fe y vocación en una parroquia o en una comunidad concreta, unidas siempre a la Iglesia diocesana. Porque la vivencia personal de la fe ha de estar centrada en Cristo, pero, a la vez, entroncada, alimentada, celebrada y vivida en el seno de la comunidad de los creyentes, en la Iglesia católica y apostólica, participando y colaborando en su vida de comunión, en su misión y en su mantenimiento económico.

Nuestra Iglesia diocesana necesita de medios económicos para cumplir su misión, para ayudar también a las parroquias más pobres. Sin la aportación generosa de todos, nuestra Iglesia no puede atender tantas peticiones que la llegan para seguir ayudando a personas y comunidades, para poder seguir haciendo el bien. Seamos generosos en la colecta de este día. Mil gracias a todos de antemano. 

Casimiro López Llorente

sábado, 18 de marzo de 2017

El obispo de Segorbe-Castellón, presidente de Asuntos Jurídicos de la Conferencia Episcopal

En el tercer día de Asamblea, se ha elegido al obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, Monseñor Casimiro López Llorente, como presidente de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos, así como los tres miembros del Consejo de Economía y los presidentes de las tres Subcomisiones Episcopales. Según los estatutos, no hay límite de permanencia para estos cargos.

En la CEE ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis desde 2005 hasta 2008, que fue nombrado Presidente de dicha Comisión. Además, ha sido miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar desde 2001 y hasta 2005. Don Casimiro López Llorente formaba parte de la Junta Episcopal de Asuntos Jurídicos desde 2002.

cope.es 
foto: elinformalsegorbino

domingo, 12 de marzo de 2017

Falange Española de las JONS pide respeto a los símbolos religiosos


FEJONS única organización castellonense que defiende la Cruz de Ribalta

FEJONS tras hacerse eco de las intenciones de la Asociación por la Memoria Histórica de derribar, cambiar o trasladar la Cruz situada en el Parque Ribalta de Castellón, bajo el epígrafe "a las víctimas de la violencia", quiere transmitir su oposición a tales cambios o movimientos del monumento cristiano, que no tiene más simbología que el utilizado por los cristianos, es decir, representar la muerte y pasión de Cristo en memoria de todos los caídos por la violencia de ambos lados, nacional y republicano, que supuso la fraticida guerra civil española.

FEJONS entiende que la Cruz de este parque no representa simbología franquista alguna y mucho menos se puede considerar “exaltación, personal o colectiva de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la dictadura”, pues se entiende desde la organización falangista, que con el fin de restablecer la reconciliación y concordia, ya se acordó desde la magistratura municipal adaptarla a la memoria de “todas las víctimas de la violencia”, congregando bajo ella a todos los que entregaron sus vidas en el espacio del conflicto armado.

FEJONS entiende que en la actualidad la Cruz a día de hoy está absolutamente despolitizada, sin mantener utilización ideológica alguna, ni símbolo alguno del franquismo en cumplimiento de la actual Ley de Memoria Histórica, por consiguiente la petición de esta asociación sólo tiene una lectura “la despiadada retirada de los símbolos de la religión católica del entorno municipal castellonense”, atentando contra la libertad religiosa.

Falange Española de las JONS apuesta finalmente por establecer puentes de unión entre todos los españoles y sobre todo, tiende la mano a la convivencia en paz, superando la vieja dicotomía de las dos Españas.

 Así pues FEJONS Castellón insta a la Asociación Amigos del Ribalta a que se oponga a la retirada de la citada Cruz y por otro lado reesuelva en beneficio del sentido común respetando a todos nuestros antepasados y así disponga nuestro ayuntamiento en honor a todos los castellonenses.

Prensa y Comunicación FEJONS Castellon

domingo, 13 de noviembre de 2016

Monseñor Reig: el Obispo de los Mártires

Acercarse a monseñor Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares (Madrid), es acercarse a la seguridad, a la serenidad, a la claridad teológica, a un amigo. Cuando uno lo hace, le conoce y le reconoce, y le llama por su nombre, mirándole a los ojos. Es un placer. Al escribir en este blog, en agosto de 2014, sobre el Obispo mártir de Segorbe -el siervo de Dios Miquel Serra Sucarrats-, ya dije que monseñor Reig es el Obispo de los Mártires.


“A monseñor Juan Antonio Reig Pla se le puede llamar con todo derecho el Obispo de los mártires, ya que en las diferentes diócesis por las que ha pasado (Segorbe-Castellón, Cartagena y Alcalá de Henares) ha reabierto las causas de nuestros mártires”.


Lo hizo en la diócesis de Segorbe-Castellón en 1998, abriendo una causa para el obispo Miquel Serra y 213 compañeros, del clero diocesano, religiosos y fieles laicos.


Estando al frente de la diócesis de Cartagena, inició, en enero de 2007, el proceso de canonización de sacerdotes, seminaristas, hermanos legos de la Luz y seglares que dieron la vida por la fe durante el periodo de persecución religiosa.

Y mañana, 12 de noviembre, a las 17:30 h., en la Catedral-Magistral de Alcalá de Henares, el Obispo Complutense, después de arduos trabajos, presidirá la Sesión de Apertura de la Investigación Diocesana de la Causa de Canonización de los Siervos de Dios Eduardo Ardiaca Castell y 43 compañeros.

De los 44 siervos incluidos en la Causa, 14 pertenecían al clero diocesano, 8 eran Agustinos, 5 eran Maristas, una Franciscana Clarisa y 16 eran seglares; quien encabeza la relación, el Rvdo. D. Eduardo Ardiaca Castell, era canónigo de la Magistral de Alcalá de Henares.

La noticia se ha centrado en el popular dramaturgo Pedro Muñoz Seca (sobre estas líneas, el primero a la izquierda, por arriba), incluido por don Juan Antonio en el proceso:

 “El 28 de noviembre de 1936 las lomas de Paracuellos del Jarama vieron cómo moría fusilado la persona que a más generaciones de españoles ha hecho reír: el dramaturgo Pedro Muñoz Seca. El autor de La venganza de don Mendo, casado y padre de nueve hijos, fue encerrado en la cárcel de San Antón, en Madrid, al poco de estallar la guerra. Durante cuatro meses infundió entre sus compañeros de prisión el buen humor y el buen ánimo que desprenden sus obras. Sin embargo, a finales de noviembre, tras entrevistarse con el director de la prisión salió exclamando: «¡Nos matan, nos matan! Búsqueme un sacerdote». Se ve que lo consiguió, y tras confesarse, pocas horas antes de morir, escribiría una carta apresurada a su mujer: «Cuando recibas esta carta estaré fuera de Madrid. Voy resignado y contento. Dios sobre todo. Voy muy tranquilo sabiendo que tú siempre serás el ángel bueno de todos. El mío lo has sido siempre, y si Dios tiene dispuesto que no volvamos a vernos mi último pensamiento será siempre para ti […]. PD: Como comprenderás, voy muy bien preparado y limpio de culpas»

El padre Fernando Rojo, OSA, postulador de esta Causa de beatificación, desvela que ya está muy adelantado el trabajo para abrir dos nuevas causas en Alcalá: otros 95 mártires que se sumarían a los 44 cuya Causa se acaba de abrir, con una proporción equivalente de sacerdotes diocesanos, religiosos y religiosas y laicos.

 ¿Quién ha dicho que este episodio (el de las canonizaciones) se ha dado por terminado?

Y, por último, cómo no va a recibir el calificativo de El Obispo de los Mártires, si ha sido el único en hacer la verdadera lectura del camposanto de Paracuellos.

 Este es el anuncio para pasado mañana:

El domingo 13 de noviembre a las 12:00 horas, el Obispo de Alcalá de Henares, presidirá la Santa Misa en el Cementerio de los Mártires de Paracuellos de Jarama, en el LXXX Aniversario del Martirio de los ya 134 Beatos, Testigos de la Fe, cuyas reliquias allí reposan. Concelebrarán superiores y representantes de las órdenes a las que pertenecen los religiosos y sacerdotes cuyos restos mortales descansan en este Camposanto.

En el resumen del año pasado que la web de Obispado de Alcalá ofrecía, se podía leer: “Tras la Santa Misa se procedió a la exposición mayor del Santísimo Sacramento. Monseñor Reig, portando en sus manos la custodia con el Cuerpo de Cristo, y acompañado por los sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas y el pueblo fiel, recorrió las siete grandes fosas donde yacen los beatos mártires y demás víctimas. […] Al llegar a cada fosa, sonaban, en primer lugar, unos breves acordes del «toque de silencio», tras lo cual el Obispo leía una oración por los difuntos; dicho esto, y mientras se entonaba por todos los asistentes el canto «Christus vincit, Christus regnat, Christus ímperat», don Juan Antonio procedía a bendecir a los presentes con el Santísimo Sacramento, “anunciando a los que allí duermen” «que Cristo ha resucitado y que en Él está depositada toda nuestra esperanza de salvación».



 Es un momento impresionante.

 Yo no podré asistir a ninguno de los dos actos, pero os animo a que lo hagáis. Muchas gracias, don Juan Antonio, también por esto: por profesar públicamente su amor por las vidas de los mártires, por proclamar que ciertamente «los mártires brillarán como las estrellas por toda la eternidad».

Fuente:religionenlibertad.com

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Impulsión del COF de Segorbe-Castellón

El COF Diocesano de Segorbe-Castellón se ofrece como un servicio gratuito de misericordia para la familia

 La nueva directora del Centro de Orientación Familiar Domus Familiae, Inmaculada Martínez, reunió ayer a los colaboradores para impulsar este servicio diocesano como un espacio de la misericordia sanadora de Dios con la familia.

 Se responde así a la vocación propia del COF en correspondencia con el Sínodo de la Familia y el Año Jubilar de la Misericordia, que comienzan en octubre y diciembre, respectivamente. El también nuevo delegado de Familia, D. Vicente Esteller, participó en el encuentro y alabó la labor que se realiza.

 El COF ofrece de manera gratuita –es una de sus señas como entidad- atención a matrimonios y familias en dificultad. Un equipo de secretarios y orientadores voluntarios reciben las personas y los acompañan en un recorrido de “acogida, consuelo y restauración”, según explicaba Martínez.

 En esta tarea, se cuenta con el apoyo de profesionales en los campos de la psicología, la pedagogía y el derecho. Y también con ayudas espirituales, como la oración de los conventos de clausura, a los que se les confía semanalmente las intervenciones, o la asistencia de un capellán.

 “Nuestra especificidad es no es solo solucionar un problema, sino también el acercamiento de las almas a Jesucristo, ya que Dios es el auténtico sanador de las heridas y dificultades de la persona”, asegura la directora. El COF Domus Familiae se fundó en 1999 y es un centro de referencia más allá de los límites diocesanos (hace un año, por ejemplo, se presentó al presbiterio de Tortosa).

Fuente: revista ecclesia.com

jueves, 17 de septiembre de 2015

Llegan las primeras ayudas para acoger en la Diócesis de Segorbe-Castellón a refugiados y cristianos perseguidos

Cope INFORMA:
La Diócesis continúa insistiendo en la urgente necesidad de pisos para acoger a los refugiados así como de donativos y otros recursos materiales y voluntarios con inglés, francés y/o árabe.

Esta mañana se ha vuelto a reunir la Comisión Diocesana de Ayuda a los Refugiados y Cristianos Perseguidos para continuar desarrollando y estableciendo protocolos e iniciativas para acoger a los refugiados.

 Hace tan solo 9 días que la Comisión se reunió por primera vez para trabajar y coordinar la llamada urgente que realizaba el Obispo, Mons. Casimiro López, a toda la sociedad y ya se han puesto a disposición las primeras 8 viviendas y otras 4 están en proceso. Caritas ha comenzado a recibir los primeros donativos para la causa y además, se ha acordado la creación de un Banco de Tiempo: un listado con el perfil y la disponibilidad de todos los voluntarios para poder ayudar en las distintas áreas. Hasta el momento son ya 45 voluntarios los que se han sumado.

 Por otro lado, se ha previsto que en octubre comiencen unas jornadas de formación para los voluntarios que realicen acompañamiento a refugiados. Tres jóvenes sirios residentes en Castellón impartirán clases de lengua y cultura árabes. Estas sesiones servirán tanto para aprender nociones básicas del idioma, como de su cultura. Y de este modo poder ayudarles de manera efectiva a insertarse en la sociedad. Asimismo, la Comisión también ha acordado la celebración de una charla sobre "Criterios de hospitalidad para refugiados". 

 El Obispo, en su preocupación por esta crisis migratoria y humanitaria que azota Europa, insiste en que "este fenómeno no nos puede dejar indiferentes" e insta a toda la sociedad para que, con generosidad, pongan a disposición de los refugiados y cristianos perseguidos viviendas en las que puedan ser acogidos así cómo donativos a las cuentas que Caritas Diocesana ha habilitado para la causa: Bankia ES69 2038 9939 95 6000431115 y CajaMar ES93 3058 7300 80 2720015030. Y, quien quiera poner a disposición de esta emergencia alguna vivienda, debe hacerlo llamando a Caritas al 964 25 55 21            

 La Comisión Diocesana de Ayuda a los Refugiados y Cristianos Perseguidos está formada por Caritas Diocesana, Secretariado de Migraciones, Manos Unidas, Confer, Hijas de la Caridad, Angélicas y las Hermanas de la Consolación.

Carta pastoral de Mons. Reig Pla sobre la verdadera misericordia y el secularismo anticristiano

El obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Pla, ha publicado una carta pastoral titulada: «Porque es eterna su misericordia (Sal 135). XXV años de la restauración de la Diócesis Complutense y el Jubileo de la Misericordia». Don Juan Antonio analiza el avance del secularismo anticristiano («está conduciendo a España a perder el alma católica») y explica en qué consiste la verdadera misericordia, que nunca puede ser excusa para justificar situaciones de pecado.

La carta consta de diez capítulos en los que se abordan los siguientes temas, de los que destacamos algunos párrafos:

1) Los XXV años de la restauración, por el Papa San Juan Pablo II, de la Diócesis Complutense. 

 En su momento también se hizo posible una extensión del Pontificio Instituto Juan Pablo II para ofrecer un máster en ciencias del matrimonio y de la familia con el que proveer los medios necesarios para afrontar los retos de una pastoral de la familia y de la vida. Gracias a Dios, el trabajo realizado hasta ahora ha contribuido a desarrollar los servicios diocesanos para las familias: el Centro de Orientación Familiar, la Escuela de Padres y de Familias y los cursos de laicos encargados de la preparación al matrimonio.

 2) El Jubileo de la Misericordia convocado por el Papa Francisco  

 Con el corazón limpio se nos invita también a celebrar la Acción de Gracias con la Eucaristía, peregrinando a la catedral y a los santuarios más significativos. Se nos pide de manera especial cuidar el Sacramento de la Penitencia continuando la experiencia de las 24 horas para el Señor y ofreciendo itinerarios que conduzcan a recuperar el sacramento del perdón. Para ello el Santo Padre nos pide que preparemos sacerdotes misioneros de la misericordia que, durante el tiempo de Cuaresma sean capaces de expresar los sentimientos del Buen Pastor en su misión de predicar y confesar.

 3) Una mirada al contexto cultural y social analizando la secularización y sus consecuencias, las raíces de la secularización, el secularismo, el laicismo y el relativismo moral, el nihilismo, la pérdida del alma y la postura de la Iglesia respecto a todo ello  

 El fenómeno más fuerte que ha sufrido España en el postconcilio, y en estos últimos veinticinco años, es la secularización...

 Con el tema de la secularización no podemos ser ingenuos. Las raíces de la secularización vienen desde Lutero y desde la Ilustración...

 Lo que resulta evidente es que a la secularización le ha seguido el secularismo que ya no es simplemente afirmar la irrelevancia de Dios, sino construir al hombre y a la sociedad en contra de Dios. 

 En España, desde la transición política, el secularismo se ha manifestado como laicismo y relativismo moral. Con ello ya no se trata de expulsar a Dios del Estado; sino expulsarlo de la sociedad, del modo de entenderse el hombre, de la ética y de la vida social. Con este fin se han configurado las nuevas leyes que proclaman nuevos derechos humanos como el aborto, la eutanasia, la anticoncepción, la reproducción asistida; el divorcio exprés, la entronización de la ideología de género en el ámbito educativo y en la sanidad, la demolición de matrimonios con la equiparación al mismo de las uniones de hecho y de las uniones de las personas del mismo sexo; los atentados contra los signos religiosos en los espacios públicos; la pretensión de expulsar de la escuela la enseñanza de la religión, el rechazo de la presencia religiosa en los actos públicos, etc.

 Al expulsar a Dios del Estado y de la sociedad se ha destruido toda posibilidad de fundamento que no dependa del consenso y de la opinión. La dictadura del relativismo conduce a la ausencia de toda verdad afirmada como fundamento del hombre y de la sociedad, como espacio para la afirmación de lo específicamente humano que no depende del consenso ni de la opinión.... 

resulta claro que hemos sufrido un fuerte proceso de ingeniería social que, en connivencia con el Nuevo Orden Mundial, dirigido por oligarquías económicas, han tomado a España como un laboratorio donde experimentar la disolución de la antropología cristiana y, en definitiva, de la civilización cristiana con referencias claras contra la Iglesia católica.

 Los partidos políticos y la misma organización del Estado han actuado en España como estructuras de pecado ( Juan Pablo II, Sollicitudo rei socialis, 36) que han contribuido, con los medios de comunicación, a expulsar a Dios del Estado, de la sociedad y del corazón humano.

 Perder el vínculo de la religión, arrancar a Dios del corazón humano y de la sociedad es lo que está conduciendo a España a perder el alma católica que ha inspirado su historia. ... 

la secularización avanzaba también en el interior de la Iglesia dando síntomas verdaderamente preocupantes: secularización de sacerdotes, crisis de vocaciones religiosas y sacerdotales, pérdida del carácter sacramental y mistérico de la liturgia, crisis de la identidad tanto sacerdotal como laical, pérdida de relevancia de los católicos en el ámbito sindical y en la política.

 La primera impresión es que la secularización ha ido ganando terreno a la fe cristiana y que todo intento por frenarla era tachado de integrismo.

 Lo que es bien cierto es que lo católico en España resulta irrelevante para construir la sociedad, para inspirar las leyes que nos gobiernan y para ofrecer los criterios necesarios para salvaguardar lo específicamente humano que alcanza su esplendor en Cristo, el verdadero hombre. Ni la política, ni la economía, ni la cultura hegemónica transmitida masivamente por los medios de comunicación, ni los programas educativos gozan de una clara inspiración cristiana. Es más, a menudo se presenta a la Iglesia Católica y a su enseñanza como algo que pertenece al pasado y que hay que abolir.

 Ante esta situación, es normal que los católicos sientan una cierta orfandad.... 

hay que comenzar clarificando que una cosa es que el Estado se declare aconfesional y otra que la tarea de la política y la misión del Estado se desvinculen de la verdad y lo sometan todo a la opinión y al consenso de las mayorías, 

 El haber abandonado el concepto de ley natural, en vez de profundizar en ella como nos pedía Benedicto XVI, nos ha dejado sin un punto de referencia para plantear las cuestiones en el foro público.

 4) Orientaciones pastorales para una respuesta adecuada  

 Donde está el obispo, allí está la Iglesia que nos vincula a la Iglesia católica presidida por el sucesor de Pedro. Esta es la verdadera realidad que nos hace ciudadanos del cielo que es nuestra verdadera patria.

 No pretendemos el poder, pero, por gracia de Dios, llevamos como en vasijas de barro un tesoro que trasciende todas las riquezas y poderes de este mundo. (2 Cor 4, 7). Estamos llamados a ser, en medio del desierto de este mundo, oasis donde se entra en el descanso de Dios y somos enriquecidos con todos los sacramentos que nos regalan el cielo en la tierra.

 Como Israel peregrinamos por el desierto y somos acosados por nuestros enemigos que nos persiguen. De repente, por pura gracia de Dios, se presenta ante nosotros un oasis en el que podemos reposar, ser ungidos y hospedados por Aquel que nos guía y prepara una mesa frente aquellos que nos odian. 

 Las parroquias, centradas en las familias que hacen de la Iglesia además de una comunidad espiritual una comunidad de hijos (en la carne), han de poner toda su atención en formar una comunidad que engendra nuevos cristianos con verdaderos procesos catecumenales para la iniciación cristiana.

 Sin comunidades cristianas no se generan familias cristianas. Sin familias cristianas no se transmite la fe. Sin la transmisión de la fe el desierto avanza y los oasis desaparecen. En estos momentos difíciles por los que atravesamos los católicos en España no podemos esperar que las cosas se arreglen por los cambios políticos. En la política no está nuestra salvación. No la despreciamos y somos conscientes de que necesitamos laicos bien formados en la vida pública y en la política. En estos momentos no podemos generar grandes cambios sociales, pero sí podemos sembrar el territorio de oasis que vayan ganando al desierto y dispongan la sociedad para otros cambios sociales que generen políticas más justas y adecuadas.... 

hemos de constatar sin embargo que, al ser el hombre naturalmente religioso, cuando se prescinde de la religión verdadera inmediatamente aparecen otras formas de vivir, incluso una religión antirreligiosa. Y así podemos constatar cómo, con una mala versión de la democracia, ésta se ha convertido en un sustituto de la ética y de la religión que se impone con sus ritos y con sus sacrificios.

 Ser católicos en este momento, y siempre, es presentar un modo alternativo de vivir que está centrado en Cristo y en la tradición de la Iglesia católica.... El modo práctico de llevarlo a cabo es tener en cuenta una serie de criterios para ordenar la vida personal, familiar, comunitaria y social.

 5) Los servicios diocesanos para la formación pastoral y evangelizadora  

 La obsesión por frenar la población y por aumentar el consumo está promoviendo nuevos tipos de personas que fácilmente se instalan en la cultura de la muerte.

 No se trata de pintar un panorama sombrío, que fácilmente se rechaza por exagerado. Tampoco tenemos que caer en miradas ingenuas sobre la realidad.

 6) Transmitir la fe en todos los ámbitos  

 Sin darse cuenta los pueblos se están quedando sin alma. Este fenómeno explica el fracaso de la catequesis en estos últimos años, la ausencia de los jóvenes y la falta de vocaciones a la vida consagrada y al sacerdocio.

Este año de la misericordia, además de profundizar en los salmos y parábolas de la misericordia como nos indican las directrices del Jubileo, habría que profundizar en el Sacramento de la penitencia y en el perdón. 

 7) El cuidado de los seminarios y la promoción de las vocaciones 

 Donde más se han sentido las consecuencias de la secularización ha sido en la falta de vocaciones a la vida consagrada y al sacerdocio. ... las vocaciones deben ser suscitadas, oradas y cuidadas. Esta tarea pertenece a las familias y a toda la comunidad cristiana.

 8) La misericordia y sus falsificaciones 

 Lo primero que os sugiero es leer la bula del Papa Francisco El rostro de la Misericordia.

 El peligro en una sociedad emotivista como la nuestra es quedarnos en el nivel de la compasión, entendida sentimental o emotivamente, y olvidar remediar auténticamente la miseria con todos los medios posibles, incluida la gracia de Dios que todo lo puede.

 ... se confunde la benevolencia, que es querer directamente el bien, con la tolerancia que es simplemente la ausencia de intervención ante el mal. Intervenir con benevolencia no significa “juzgar al prójimo”. Ya nos lo advirtió el Señor. “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados” (Lc 6, 37). El no juzgar, el no condenar o perdonar no significa el dejar de reconocer el mal e intentar socorrerlo. Una cosa es, por tanto, no juzgar al pecador y otra aborrecer el pecado e intentar socorrer el mal. De lo que se trata con la misericordia es de vencer el mal con el bien, como nos recuerda San Pablo (Rm 12, 21).

 Lo propio de la misericordia es curar el mal, por eso se necesita una relación con el prójimo desde la verdad. Es necesario reconocer las heridas, nombrarlas en su verdad y tratar de curarlas.

Querer compatibilizar la misericordia con la resistencia en el pecado, o con la tolerancia del pecado, es hacer de la misericordia la puerta que se abre para que entre por ella el relativismo en la Iglesia. La misericordia no crea leyes contrarias a la justicia sino que regenera lo que la justicia, por sí sola, no está en condiciones de lograr.

 El modo para no perderse en estos vericuetos es observar y meditar las acciones de Cristo, icono de la misericordia, con los enfermos, con los pobres y los pecadores. Al mismo tiempo que les anuncia la verdad, que es Él mismo, les remedia los males, los cura y les perdona los pecados advirtiéndoles que no pequen más.

 9) El Sacramento del Perdón 

 Si en algo han insistido los últimos sucesores de Pedro ha sido en la necesidad de recuperar el Sacramento de la penitencia y la práctica de confesar los pecados. ¿Cuál es el problema de este sacramento? ¿Por qué las personas han dejado de ir a confesar? ¿Por qué los mismos sacerdotes han mostrado menos disponibilidad para la confesión? La razón hay que buscarla en la crisis de fe, en la decadencia del espíritu y la pérdida de la conciencia de pecado que ha provocado la secularización y sus consecuencias.

 Encender la lámpara de la fe es la única posibilidad de empezar a descubrir las heridas del pecado, reconocer las enfermedades del espíritu. La peor enfermedad del espíritu es el pecado que, aunque no seamos conscientes de él nos destruye igualmente y puede provocar la muerte espiritual.

 Lo que ha ocurrido con la secularización y sus consecuencias es muy curioso. No es que seamos más pecadores o menos que las anteriores generaciones. No. Somos igualmente pecadores. El problema es que hemos caído en la peor de las enfermedades que es no reconocer los síntomas de la enfermedad.

 Lo que ocurre en nuestra generación es peor. No sólo –por falta de luz, por falta de fe– hemos dejado de ver las sombras de nuestra vida o reconocer las heridas del pecado, sino que hemos sufrido la peor de las mutaciones. Hemos aprendido a llamar bien al mal y mal al bien. Esta es la crisis espiritual más seria: llamar a la enfermedad salud y dejar que la enfermedad nos lleve a la muerte del espíritu.

 Salir de esta enfermedad epocal, de esta crisis profunda del espíritu, requiere una operación traumática. Se trata nada menos que de un trasplante de corazón y mente. En griego esta operación se llama metanoia, en español la traducimos por conversión.

 El trabajo que nos espera, pues, en este Jubileo de la misericordia es apasionante.

 10) Conclusión. 

 El camino es Jesucristo, la luz la fe. El objetivo pastoral del curso: la conversión pastoral y la evangelización para gestar nuevos cristianos y nuevas comunidades cristianas. La única manera de frenar las crecidas del desierto de este mundo es ir creando, con la gracia de Dios, nuevos oasis cada vez más amplios y mejor dotados. Como en tiempos de San Benito es necesario no anteponer nada a Cristo.

La carta pastoral puede ser descargada en www.obispadoalcala.org.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Ayuda a refugiados y cristianos perseguidos, por Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe-Castellón

Casimiro López Llorente
Carta a todo el pueblo de Dios de Segorbe-Castellón  

 Queridos diocesanos:

 Todos los días, los medios de comunicación nos ponen delante de historias muy dolorosas y de imágenes impactantes de miles de personas y familias que tienen que huir de sus hogares y países por razón de la guerra así como de cristianos que son perseguidos y asesinados por razón de su fe. La violencia que se ha desatado en el Oriente Medio está provocando el mayor movimiento migratorio después de la II Guerra Mundial.

 Este fenómeno no nos puede dejar indiferentes; esta situación nos interpela como católicos y como Iglesia Diocesana, y hace resonar en nuestras conciencias la voz del Señor Jesús que nos impulsa con su gracia a vivir la caridad con todos: “Os aseguro que cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40). 

 Por ello he decidido crear una Comisión Diocesana de Ayuda a los Refugiados y Cristianos Perseguidos. En esta comisión participarán Responsables de nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón, de Caritas Diocesana, del Secretariado diocesano de Migraciones y de las congregaciones religiosas presentes en nuestra Diócesis. Esta Comisión estudiará la situación entre nosotros, acogerá las peticiones y trabajará en colaboración con las instituciones públicas responsables en esta materia o comprometidas con esta causa.

 Además para responder a la necesidad de acogida de estos hermanos nuestros desplazados, nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón y Caritas Diocesana van a poner a disposición pisos donde puedan ser acogidas estas personas así como los medios y recursos necesarios para su nueva vida en nuestro país. 

 Hago un llamamiento a todos los sacerdotes de la Diócesis, especialmente a los párrocos, a las parroquias, a todos los católicos y a las personas de buena voluntad para que, con generosidad, pongan también a disposición de esta urgente causa las viviendas de su propiedad en las que puedan ser acogidas estas familias así como para que ofrezcan donativos y otros recursos que serán necesarios para este fin. Os ruego que comuniquéis al Delegado Episcopal o al Director de Cáritas Diocesana las viviendas ofrecidas y los recursos y que enviéis a Cáritas diocesana los donativos con este fin. 

 Aprovecho también para urgir a los Estados de la Unión Europea a que se impliquen con hechos en la pronta solución de los graves problemas que está provocando esta “tercera guerra mundial por partes”, como la llama ya el Papa Francisco.

Con mi afecto y bendición,

Casimiro López Llorente 
Obispo de Segorbe-Castellón

domingo, 19 de julio de 2015

sábado, 18 de julio de 2015

El prelado Casimiro López será destinado a otra diócesis

Tal como ha sabido Religión Confidencial, el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, firmó hace unos días su renuncia, por motivos de edad, a seguir al frente de la diócesis de Burgos, y su sustituto será Casimiro López Llorente, actual obispo de la diócesis de Segorbe Castellón.

Como obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón le sucederá Vicente Juan Segura, en la actualidad obispo de Ibiza desde 

 Se desconoce quién será el nuevo obispo de Ibiza, pero como señalan a este digital fuentes próximas al proceso “con casi toda probabilidad será un sacerdote valenciano promovido al episcopado, como ha venido siendo tradicional para Ibiza”. “El anuncio oficial puede ser inminente”, según afirman a este periódico. 

Casimiro López Llorente (El Burgo de Osma, Soria, 1950) ha sido obispo de Zamora y, desde 2006, obispo de Segorbe-Castellón. Es licenciado en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca y en Derecho Canónico en la Universidad de Munich. En todos estos años ha sido considerado una apuesta del cardenal Rouco Varela.  

Por su parte, el nuevo obispo de la diócesis de Segorbe-Castellón, el valenciano Vicente Juan Segura (Tabernes de Valldigna, Valencia, 1955) estuvo avalado por el difunto arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, y tiene una amplia formación y experiencia diplomática.

 Vicente Juan trabajó durante varios años en la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Es Doctor en Derecho Canónico y en Derecho Civil (Roma y Valencia, respectivamente). Realizó estudios diplomáticos en la Academia Pontificia Eclesiástica y formó parte del servicio diplomático de la Santa Sede.
 El dimisionario arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín (La Ñora, Murcia, 1940) destacó en Roma como profesor del Instituto Juan Pablo II - su valedor principal para el episcopado fue el presidente del Instituto, el cardenal Alfonso López Trujillo - y de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.

Fuente: religionconfidencial.com

El Papa Francisco, otra víctima de la Leyenda Negra, por Eduardo García Serrano

El Papa Francisco, jesuita argentino, olvida, o ignora, en su homilía sobre la independencia americana que fue España la que liberó con el Evangelio a los nativos hispanoamericanos. Gracias a España hoy la Iglesia tiene un papa argentino.

 El Papa Francisco, en la misa celebrada en el Parque del Bicentenario de Quito, en su visita oficial a Ecuador, ha evidenciado en sus palabras que en su concepción de España y de la Conquista y Evangelización de América, él también es una víctima de la Leyenda Negra y que su visión de los sucesivos procesos históricos de independencia de las diferentes naciones hispanoamericanas está contaminada por la propaganda masónica, pues fueron precisamente los criollos masones los que lideraron aquellos procesos independentistas, contrarios a la voluntad de las poblaciones índigenas, a las que el Papa ta amorosamente defiende, que identificaban, con razón, en su permanencia en la Mater Hispania la garantía de sus libertades frente a las élites y la oligarquía criolla, que el Papa Francisco denuncia. Multisecular paradoja de la que finalmente surge la doctrina herética de la Teología de la Liberación, que ensalza el indigenismo como lo que nunca fue: el motor de la independencia hispanoamericana, poniendole a Cristo el rostro del Che Guevara y vistiendo a los sacerdotes de coronel tapioca.

 El Papa Francisco, apelando en su homilia a “ese susurro de Jesús en la Última Cena” ensalza “el Bicentenario de aquel grito de independencia de Hispanoamérica. Ese fue un grito nacido de la conciencia de falta de libertades, de estar siendo exprimidos, saqueados, sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno”. En esa frase de Su Santidad reside todo el galimatías histórico cultural de un papa argentino que parece ignorar que lo es, además de por la inapelable decisión del Espíritu Santo, gracias a que España evangelizó el continente en el que el vino al mundo, en la misma medida que su antecesor en la Silla de Pedro, Benedicto XVI, llegó al papado gracias a que España se desangró en los Paises Bajos y en Alemania para que el catolicismo no fuera expulsado del norte de Europa por la Reforma protestante. Si alguna deuda tiene la Iglesia Católica con España es precisamente la de la universalidad territorial y espiruitual de la única religión verdadera.

 Los Reyes Católicos crearon ese corpus legal que son las Leyes de Indias en las que se reconoce la filiación divina de los habitantes de los territorios descubiertos más allá del Atlántico, se conmina a los españoles a tratarlos como hermanos en la Fe, a pagarles un salario justo por su trabajo y se advierte de las duras penas que aguardan a aquellos españoles que maltraten o den muerte a los nativos. La diferencia entre la conquista española y la anglosajona es que, cuando los españoles llegaban a un nuevo territorio, lo primero que construían era una iglesia, una escuela y una universidad para los nativos. Cuando eran los anglosajones los primeros en llegar a un nuevo territorio, sus primeras edificaciones eran un Banco y una lonja de esclavos. En el siglo XIX, Santidad, los masones de las lonjas de esclavos y los bancos expulsaron de Hispanoamérica, en contra de la voluntad de los nativos, a quien defendió con el Evangelio en la mano y en sus actos a los indígenas que veían a España como a la madre protectora de sus libertades y de su dignidad. Santidad, “de ese grito nacido de la conciencia de falta de libertad de los oprimidos, saqueados y exprimidos” al que apela en su homilía surgió precisamente la liberación que España y el Evangelio les llevaron para romper las cadenas que esclavizaban a los nativos americanos a los atroces ritos y dioses paganos a los que eran sacrificados. Del mismo modo, Santidad, en el que Cristo expulsó a latigazos a los mercaderes del Templo, Hernán Cortés trepó a la cúspide de las pirámides aztecas para evitar que les arrancasen en vivo el corazón a las víctimas propiciatorias que ofrecían a sus dioses oscuros y sanguinarios. Lo hizo con la espada, sí, tal y como Cristo lo hizo con el látigo. Y donde antes solo había horrorn y barbarie, Hernán Cortés puso a la Virgen de Guadalupe. Con todo respeto, Santidad, España no saqueó a los nativos americanos, los hizo libres con la Luz del Evangelio y dignificó sus vidas alfabetizándoles y haciéndoles hermanos y compatriotas de una misma nación,pues España jamás tuvo colonias, sino provincias del ultramar de tal manera que un indio andino, amazónico o de la Pampa, era tan español como un nativo de Soria. La esclavitud para todos ellos vino después, precisamente con los procesos de independencia liderados por los masones. Al ensalzarlos, Santidad, menosprecia la Verdad y la libertad que España y la Iglesia Católica, de la que usted es la cabeza visible, llevaron al Nuevo Mundo.

Fuente: infovaticana.com